Erase una vez una linda princesa Rosa, una princesa Rosa a la que le gustaba coser, tejer y las flores, pero que odiaba las injusticias, el odio y la verdad.
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Pov's Omnisciente
En un pequeño pueblo remoto, oculto entre majestuosas montañas y rodeado de deslumbrante naturaleza, vive una familia peculiar. Esta familia, a pesar de ser acaudalada, es conocida en el pueblo por su excentricidad y rareza. Compuesta por el padre, la madre y dos hijas, su dinámica interna es particularmente estrafalaria.
La hermana mayor, aunque poseedora de una belleza interna, parece ser considerada como mera basura por las mujeres de la casa. En un acto inexplicable de desprecio, la madre, tías, abuela y la hermana menor desatienden y menosprecian constantemente a esta pobre alma. La hermana mayor es sometida a indignidades injustas y es excluida de los privilegios y cuidados que se le brindan a los demás miembros de la familia.
Por otro lado, la hermana menor recibe un trato muy diferente. Es tratada como una reina mimada por sus súbditos, quienes son los demás habitantes de este peculiar hogar. La madre, maravillada por la belleza de su hija menor, la complace en exceso y siempre se asegura de que sus deseos y caprichos sean cumplidos. La joven es el centro de atención y recibe constantes alabanzas y regalos, mientras los demás la sirven con una devoción casi ciega.
-¡MAMÁ!- Grito estruendosamente la menor de las hermanas- ¡BLIAR ME INSULTO!-
-¡BLIAR CUANTAS VECES TENGO QUE DECIRTE QUE NO INSULTES A TU HERMANA!- Grito su madre- Ah, ya se que le tienes celos a Kathy por su belleza e inteligencia pero no puedes hacerla sentir mal, es una estrella-
-Ah dios- La joven de 15 años parece agotada- No tengo tiempo para esto, prometí llevar hoy los vestidos al orfanato-
-Cuando vuelvas quiero que ayudes con la decoración de la fiesta, Kathy es tan importante que merece que su cumpleaños se celebre dos veces- Dijo la mujer con soberbia-
-Si aunque sobrepase el mío- Murmuro la chica-
Pese a la indiferencia y odio injustificado de los progenitores hacia su hija mayor había una bella luz en la vida de Bliar: El pueblo.
Todos la conocían como esa linda chica de gran corazón en el pueblo, ya que Bliar estaba siempre predispuesta a ayudar a los demás incluso de quedarse noche enteras en un hospital solo por cuidar a una anciana solitaria.
-¡Miren es Bliar!- La chica llegó al orfanato del pueblo y fue recibida por un grupo de niñas que corrieron a abrazarla y a hablar con ella-
-¡Bliar!-
-¡Blably!-
-Jajaja hola niñas- Saludó la chica dulcemente- ¿Como se han portado hoy?-
-Muy bien- Dijo una de ellas- Venga vamos a jugar a las casitas-
-¡No! Mira Bliar te he echo un dibujo- Tiro de su ropa otra niña-
-Jajaja venga niñas Bliar no es una muñeca con la que jugar- Anuncio una de las monjas encargadas del orfanato- Su voluntariado es de gran ayuda Bliar muchas gracias-
