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USA recordaba cada detalle de su relación con China

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USA recordaba cada detalle de su relación con China. Sobre todo, porque le resultaba emocionante. Había crecido con historias de amores trágicos y a los que les resultaba difícil estar juntos. USA creía que eran los mejores. Mientras más difícil era obtener algo, mejor era la recompensa. Y China era la mejor recompensa de todo el universo.

Había empezado siglos atrás y, Dios santo en el que no creía.

No iba a territorio chino con la suficiente frecuencia. Menos desde la pelea de Inglaterra con este. Inglaterra lo había obligado a elegir un bando durante su primera intervención y USA fue incapaz de hacerlo. Tenía... curiosidad. Así lo llamaba Francia al menos.

China era alguien intrigante. Y hacía el mejor té del mundo. Tampoco es que fuera a decirle eso a su padre. Reino Unido y sus hermanos ya tenían suficientes motivos para detestar al asiático. Pero eso no hacía más que incrementar su anheló y necesidad de saber más de él.

¿Cómo decía la frase? Quieres lo que menos puedes tener. Y USA quería tener a China en su cama, en todas las posiciones posibles y con su hermoso y largo cabello esparcido alrededor de la almohada. Su cara sonrojada y sus piernas temblando después de que USA hubiese acabado con él (o en él, detalles).

USA no eran de los que se quedaban con la duda. No. Él era más un investigador de campo. Le encantaba explorar y no sólo quedarse con la teoría. Y haya teoría resultó ser China.

Quería saber que tenía debajo de ese traje, el cómo se movía en la cama. Si era suave y amoroso o rudo y fuerte. Quería verlo entre sus brazos muriéndose de placer, gimiendo y suplicando su nombre.

Y puso su plan en marcha.

Lo visitó por primera vez en febrero de 19... meses después de ... Fue una visita extraña, sobre todo porque el plan de USA por seducir a China no fue como lo imaginaba.

USA bebía té, China sentado delante de él con un rostro sereno. Afuera hacía sol y un leve viento movía su cabello de un lado a otro. Los guardias de la casa rondaban de un lado a otro. USA casi había muerto en sus manos por un malentendido. Pero China lo salvó. USA casi había gemido al verlo, de pie frente a él con el rostro serio y sus ojos fríos en el guardia que apuntaba su espada al pecho del americano.

Lucía bien. China siempre se veía guapo. Y ese hanfu rojo con tonos anaranjados lo hacía lucir mejor.

Mordió su labio inferior y bajó la cabeza, avergonzado por verlo tan intensamente durante tanto rato.

Quería tenerlo.

Entonces China abrió la boca, esbozó una sonrisa y dijo:

—Mi habitación está en la segunda puerta a la derecha. Quítate la ropa y ponte una bata de seda. Puedes elegir la que quieras, pero en lo personal, creo que el verde esmeralda te quedaría hermoso —hizo una pausa—. Sé que no acostumbras a ese tipo de camas, pero servirá. Tu decides cómo será esto. Puedes prepararte con el aceite a un costado de la cama o puedo hacerlo así. Tú decides.

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⏰ Última actualización: Oct 23, 2023 ⏰

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