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Como mi abuela prometió, al día siguiente estábamos las tres sentadas en la cocina intentando inscribirnos. Mi abuela dejó que Haerin lo hiciera primero porque ella lo había hecho antes, mientras tanto a mi me puso a observar para aprender. Siendo honesta debí dejar que me enseñara el día anterior. Lo hizo rápido y fue más sencillo de lo que se me pudo ocurrir, de alguna forma tenía los documentos necesarios en la mano, escaneo algunos tantos y otros simplemente los saco en línea. Me mostró que pestañas abrir y donde poner cada dato. Cuando fue mi turno lo hice prácticamente en tiempo récord. Antes de medio día ambas teníamos nueva escuela y las manos libres para ayudar a mi abuela con la comida. Bueno, Haerin solo tenía una mano libre. 

Mi abuela parecía llevarse bien con mi media hermana, mi abuelo también, pero más mi abuela. Siempre pensé que mi abuela era la oveja blanca de la familia, donde siempre había temperamentos fuertes y personalidades mordaces, mi abuela era pacifista. Sin embargo, después de la llegada de mi media hermana, quién parecía no encajar en la ecuación era yo. Ahora había dos ovejas blancas trabajando juntas y una oveja negra haciendo todo mal por todos lados.  

A pesar de ese lindo detalle que realmente no me agradaba, la vida no se resumía a un buen trabajo en equipo en la cocina. Desde que Kang Haerin había aparecido todo se había vuelto un caos. Mi mamá estaba enojada todo el tiempo y me trataba como si siempre hiciera algo malo. Las personas alrededor no paraban de señalarnos y hablar sobre nosotras. El nombre de mi padre había quedado manchado por una infidelidad. Mis abuelos estaban agotados de tanto ayudar. Mi familia estaba destrozada y todo era porque la única pieza que no iba en el rompecabezas estaba siendo encajada a la fuerza. 

Echarle la culpa era muy fácil, tratarla mal también era muy fácil. Miraba y escuchaba como toda mi familia (a excepción de mis abuelos) la trataba de mala gana. A veces decían cosas que hoy no me atrevo a repetir, siempre recalcando que era un error. Le gritaban, la ignoraban, y descargaban su frustración con mi padre en ella, como si fuese su representante. No me siento orgullosa de decir que replique aquellos comportamientos, pero así fue. 

Me sentía enojada y frustrada todo el tiempo, y al llegar a casa y ver a mis abuelos tratando a una desconocida con paciencia y afecto me hacía hervir la sangre. Estaba celosa y no entendía por qué no podían tratarla como los demás lo hacían, sentía que me estaban traicionando, porque al contrario de ella yo si era su nieta. 

No me gustaba verlos interactuar, a penas veía que comenzaban a conversar llamaba a mi abuela solo para distraerla y obtener su tiempo. A falta de mi madre comencé a generar un gran apego y no quería que nadie me quitara ni un segundo de su tiempo, mucho menos mi media hermana que no tenía ninguna relación sanguínea con ellos. 

Un día mis abuelos regresaron a su hogar, dijeron algo sobre que debíamos aprender a vivir como las hermanas que éramos. Estrelle la puerta de mi cuarto y les grité que ella no era mi hermana, y después espere a que fueran a consolarme como veces anteriores. Sin embargo, nunca llegaron a mi puerta, en cambio subieron al auto y nos dejaron solas. No podía creerlo.

No planeaba salir de mi habitación en todo el día, pero Haerin me lo puso difícil. Por primera vez en todo ese tiempo bajo el mismo techo ella llamo a mi habitación.

—¿Podrías prestarme las llaves de la casa? —preguntó después de un rato donde ignore por completo sus llamadas.

—¿Mi abuela se va un segundo y tú ya piensas en irte a sabrá Dios donde? Eres increíble, se lo voy a decir. —Dije mientras abría la puerta para mirarla con toda la molestia que podía acumular en mis ojos.

—No, no es eso. Una amiga vino a traerme algo, solo quiero abrirle.

—¿Entonces piensas hacer una reunión en mi casa, sin mi permiso, ni el de mi madre, ni el de mi abuela? 

Sempiterno 《Lee Hyein + Kang Haerin》 NewjeansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora