Prologo

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Querida hija

   Me guataria estar ahi para poder explicarte porque la vida que estas viviendo no es la que yo esperaba que tuvieras, con ninguna de las carencias que yo tuve mientras crecía, con el amor que espero que mi hermana pueda darte y que al menos una familia sea capaz de darte el apellido que a mi fue negado hace tantos años.
No quiero que creas que te deje porque ya no te amo, al contrario, por eso mismo te tuve que dejar en los brazos de alguien a quien yo considero una persona no grata para mi, después de todo el desprecio que me dio a mi por años, pero se que a diferencia de mi hermano Orion, la ilusión de tener una pequeña hija a su lado seria mas fuerte que criar a un mestizo que eres tu, una hija entre un bastardo de sangre pura que soy yo y una loca ninfa que conocí hace años en Francia y hasta hace un año supe de ti.
No quiero aburrirte o mas que nada hacerte pasar un mal rato con la historia entre tu madre y yo, cuando el momento llegue y regrese a tu vida te dire todo lo que paso en tu vida durante tus primeros años, porque ten por seguro eso hija mía, regresare por ti, cuando el tiempo sea correcto y sea capaz de darte la vida que tu mereces, trabajare y sere un gran artista algún día, se que mis sueños no son simples fantasias como Orion lo dice, y algún día te darán todo lo que necesites.
Hoy que cumples 18 años quiero que me esperes, porque llegare a ti sin importar donde estes, para poder vivir todo lo que no hemos podido vivir por mis cortos 18 años, aun soy un niño, pero me convertiré en el hombre al que estes orgullosa de llamar padre.
Cuando me veas no quiero que me trates como un extraño, a pesar de que no nos parezcamos ni una fracción, ambos tenemos la sangre Black en nuestras venas, y tienes la bella cara de una ninfa gracias a tu madre, por lo que te dejo una fotografía mía, para que sepas no despreciarme al yo acercarme.

Te ama y te adora, tu padre, Castiel

El crujido de la madera llenaba la gran sala vacía, mientras que la mujer rubia de mediana edad miraba la carta que había lanzado a esta junto a la fotografía que venia detrás de esta quemarse, siendo consumida lentamente por el fuego azulado dentro de la chimenea, siendo la única fuente de calor dentro de la gran casa, que ahora mas que nunca se sentía extremadamente vacía, así como el interior de su corazón, sintiendo sus mejillas aun húmedas de las horas y horas que había pasado llorando desde que todo sucedió. El crujido de la puerta no hizo que levantara la mirada, sin ver a su esposo entrar por la puerta de la sala con sus maletas en mano, viendo a su esposa con la mirada dentro del fuego frente a ella.

—Llame a mi hermano, pasare un tiempo en su casa— le hablo en su fuerte acento marcado tratando de llamar su atención, pero viendo como la mujer no reaccionaba, soltó las maletas en el suelo escuchando el fuerte golpe de estas contra el piso, esperando generar un pequeño brinco en la mujer, pero viendo como esta seguir con su mirada perdida en el fuego —Mírame, no fue mi culpa...

—Era mi bebé— le recrimino con voz dura pero aun débil por los sollozos fuertes que había soltado en su episodio de dolor —Me la dieron a mi...

—¡Era una bastarda que nos lanzaron aquí hace 11 años, olvídala!— se acerco a paso apresurado tomándola de los hombros haciendo que se girara a verlo, viendo como la chimenea no era lo único que tenia fuego dentro de ella, si no también los ojos de la mujer con la que hace años se había casado —¡No pertenecía aquí!

—¡Me la dieron a mi, era mía, y tu se la regresaste a esa loca zorra!— le recrimino tratando de soltarse de su agarre en medio de su rabieta, pero solo sintiendo como la fuerza puesta sobre ella iba incrementando y la empezaba a lastimar, pero no mas que la pena que sentía por dentro —Yo la iba a cuidar y reparar...

—¡Todo este tiempo que desperdiciaste con ella lo debiste haber usando dándome hijos, no tengo herederos por tu acto de caridad!

—¡Tenias una, ella podia ser perfecta si no me la hubieras quitado!

—Ella no era nuestra hija, Lucretia... no era nuestra, por mas que quisiéramos que lo fuera, es de ellos...— la tristeza que la había invadido por tanto tiempo regreso a ella, haciendo que un sollozó volviera a salir de sus labios, y con este, las manos de su esposo la soltaran, viéndola desmoronarse en el suelo acurrucándose en este con su gran vestido bajo ella —Por eso me voy, necesitamos olvidarla, y aquí todo te recordara a ella... te volverás loca amor mio...

—Prefiero hacerlo, así no vivo de manera cuerda sin mi bebe... ella es... iba a ser perfecta, para ellos, para todos... necesitamos encontrarla o ellos la encontraran y me la quitaran... no después de todo lo que he hecho... les di tanto... porque estoy sola siempre... Orion tiene todo... hasta me hizo ponerle su apellido...— empezó a murmurar incoherencias y mientras sus palabras avanzaban, estas se iban perdiendo sin encontrar sentido a estas, haciendo suspirar a Ignatius con fuerza, antes de empezar a caminar lejos de ella.

Volvió a tomar las maletas que había lanzado al suelo, limpiando el polvo que había quedado sobre estas, dando una ultima mirada por encima de su hombro a su esposa en el suelo, sabiendo que ese solo era el principio de la locura que perseguía a muchos miembros de las nobles casas, y ahora la había alcanzado a ella, sin el ancla que era la pequeña niña junto a ella, había dejado que la marea de esta la arrastrara hasta ese horrible punto en el que el retorno parecía algo imposible. Miro al pequeño elfo doméstico escondido detrás de la puerta observando todo lo que había sucedido entre ellos, ordenándole con una simple mirada que ahora que el no estaría, la señora de la casa era su responsabilidad, y sabia que aunque era joven, Kreacher podia con esa responsabilidad al ser devoto a su familia.

Cuando el sonido de la puerta principal siendo azotada inundó la casa, esa fue la señal del pequeño elfo de salir de su escondite, corriendo a donde su ama estaba, tratando de ayudarla de cualquier manera, poniendo una de sus pequeñas manos sobre ella viéndola saltar al instante, entrando sus manos al fuego y rescatando la fotografía que se encontraba quemándose en la hoguera, viéndola con alivio notando como solo el rostro y las orillas habían sufrido por las llamas, salvando un pequeño pedazo de lo que le quedaba de su pequeña Clementine.

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⏰ Last updated: Dec 23, 2023 ⏰

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