Capítulo 3

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Acomodó su cabello una vez más frente al espejo de la recepción, su vestido estaba impecable y sus zapatos también. Escucho unos pasos cerca y se encontró con una sombra femenina.

— Kagome, tanto tiempo sin verte cariño — le saludo Izayoi acercándose con los brazos abiertos.

La azabache le correspondió el abrazo y el saludo de manera alegre y sonriente.

— ¿Vienes por Rin no es así ? — pregunto la castaña mirando pícara a la joven — no te preocupes, solo son amigos.

Esto último la hizo ruborizarse debido a la vergüenza, Izayoi sabía de sus sentimientos por su hijo y no desaprovechaba ninguna oportunidad para recordárselo a la joven.

— quiero que nos llevemos bien. — dijo Kagome bastante tranquila — y tengo mucha curiosidad.

Entonces a sus espaldas llegó a quien estaba esperando.

Una niña de más o menos su estatura, ojos grandes marrones, un cabello largo y castaño, en un vestido amarillo algo largo. Muy linda.

Asumió, era Rin. Inuyasha le había dicho que era muy agradable y también muy inteligente. Y eso más que nada le causaba curiosidad, pues Inuyasha no era alguien que hablara bien de muchas personas.

— Soy Kagome Higurashi, mucho gusto en conocerte. — la saludo en cuanto la tuvo cerca.

Rin sonrió, Kagome era mucho más bonita en persona, había pasado la noche viendo sus fotos y ahora que la conocía le parecía irreal. Sus facciones eran más finas y su cabello aún más intenso. Todo en ella tenía el "expensive" encima. Y su manera de hablar y la forma de sus movimientos la hacían verse segura.

— encantada, soy Rin. — correspondió en el tono más dulce que pudo.

Las mejillas de Kagome brillaron debido a la sonrisa formada en su rostro.

La azabache tomó a Rin de la mano y la acercó aún más a ella.

— me iré con Rin de paseo Izayoi, volvemos más tarde. — le dijo sonriente y salió con Rin sin dejar a está despedirse.

Kagome tenía un auto afuera esperándolas, el chofer les abrió la puerta y ambas entraron. Rin seguía sin saber que decir o que hacer, porque todo le parecía ir a una velocidad demasiado rápida.

— iremos a un lugar muy bonito Rin, no te preocupes — le dijo Kagome tomándole la mano.

Su estómago parecía dar vuelcos cada dos minutos por el simple hecho de estar ahí con esa joven, Kagome era mejor de lo que pensó. La observaba recorrer con la mirada cada lugar que pasaban mientras iban en el auto, sus sonrisas, todas eran sinceras, igual que sus intenciones, lo supo de inmediato. Ella sería su amiga.

— gracias por invitarme Kagome — habló Rin ganándose la mirada de la azabache.

La joven sonrió.

— tenía muchas ganas de conocerte.

El viaje transcurrió tranquilo mientras que Kagome le contaba sobre algunos lugares por donde pasaban. Algún restaurante o una simple calle. Y a Rin eso la parecía lo más agradable.

Rin había tenido amigas, amistades en general. La gran mayoría ya no existía, simplemente se habían ido o alejado a un punto sin retorno. Ella decía "era lo más natural", nadie podría quedarse para siempre, ni una amistad, ni una pareja, nadie. Ni sus mascotas a las cuales extrañaba.

Pero esta sensación que tenía a lado de esta chica que no paraba de hablar e intentar hacerla sentir confianza, era tan agradable. Se sentía deslumbrada por un aura que no había conocido nunca, era muy brillante, sentía cosquilleos cuando Kagome la tocaba. Estaba totalmente encandilada por ella.


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