familia

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Natalia y yo nos despertamos, nos vestimos y bajamos a desayunar. La verdad que el día era muy caluroso, así que se podría decir que íbamos un poco destapadas.

Ya llevábamos tres días en Alemania y ya lo habíamos visitado casi todo. La verdad que me encantaba demasiado todo, sobre todo que los chicos pensaran que Natalia y yo no sabíamos hablar alemán.

Ella es alemana y yo estuve estudiando el idioma en mi escuela, a parte de muchos otros por que era privada y nos obligaban. Sé hablar español, inglés, alemán, francés e italiano a la perfección.

-Buenos días chicas-nos saluda Gustav levantándose de la mesa en la que estaban los cuatro para darnos un beso.

Te amo Gustav.

-Buenos días chicos-decimos ambas dándole un beso en la cabeza a cada uno.

Cuando llego a Tom, paso mis brazo por su pecho y me dejo caer a un lado de su hombro para mirarle a la cara.

-Buenos días moreno-saludo para después darle un beso en la mejilla.

-Buenos días nena-sonríe mientras me ve sentarme a su lado-os he pedido un café a las dos con tostadas, lo traerán enseguida.

Nati y yo le damos las gracias y al minuto, un camarero llega y nos trae lo que Tom nos pidió, y desayunamos junto a los otros cuatro con total tranquilidad.

Hoy iríamos a visitar a los abuelos y la mamá de los gemelos y los días que quedaban hasta la boda, a los familiares de Gustav y Georg.

-Mamá me ha llamado diciendo que nos están esperando en casa de los abuelos-le dice Bill a su gemelo en cuanto terminamos todos el desayuno.

El de trenzas asiente y todos nos dirigimos a un coche que teníamos alquilado para la ocasión. Era de ocho plazas y cabíamos todos.

El viaje no fue muy largo, pero sí que es verdad que llegamos a una casa en medio de el campo. Era preciosa por fuera, y parecía ser gigante.

Bajamos todos y enseguida salieron personas de la gran casa al escuchar el motor del coche apagándose.

-Hallo meine Kinder (hola mis hijos)-saluda la madre a los gemelos, y después a los otros dos que la miraban con sonrisas gigantes-hola chicas, soy Charlotte.

-Erfreut, ich bin Natalia (Encantada, soy Natalia)-se presenta mi amiga dándole dos besos.

-Oh, sabes alemán-dice ella sorprendida-tú debes de ser Taylor.

-Si, soy Taylor-admito con una sonrisa, para después darle dos besos.

-Tom me ha hablado mucho de ti-dice ella con un inglés algo mal pronunciado.

-Ich hoffe, es waren gute Dinge (espero que hayan sido cosas buenas)-digo con algo de nerviosismo, pero riendo a la vez.

Todos estaban con la boca abierta al ver que Nati y yo hablábamos alemán, y que eso significaba que cuando ellos lo hablaban, los entendíamos a la perfección.

-Sie ist perfekt, sie kann sogar Deutsch (Ella es perfecta, incluso sabe alemán)-le dice Charlotte a sus padres, que se acercaban para presentarse.

Estuvimos todo el día hablando sobre la vida de Nati y la mía, a parte de la de sus abuelos y madre. Comimos y después decidimos ir a dormir la siesta, ya que por la tarde iríamos a dar un paseo por el campo.

Habían muchas habitaciones en la casa gigante, pero por alguna extraña razón, Tom quería que durmiera con él.

-¿Desde cuando sabes hablar alemán y por que no me lo habías dicho?-pregunta mientras ambos nos tumbamos en la cama estrecha.

una grieta en el espacio-tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora