Y vi su cuerpo, algo olvidado,
Nunca admiré su ser hasta ese momento.
Sus brazos, venas notables que recorrían,
Me acerqué con timidez.
Al despojarme de mi vergüenza y temor,
Me contuvo en un abrazo cálido y con amor.
Era un lugar seguro, algo que me contenía,
Nuestros cuerpos se fundieron en caricias.
Mientras pensaba en el amor y su dulzura,
Nos desplazamos entre abrazos y besos.
Encontrando el éxtasis que nos hace presos,
Y en ese contacto puro y sincero.
Tocar su alma fue mi mayor deseo.