Promesas

Capítulo 1: Brazalete

Promesas

Aviso: En este fanfic se tocaran temas relacionados a trastornos del desarrollo, así como también la forma en la que quien lo padece puede interactuar con su entorno. También se mostrarán escenas de violencia, agresión y de discriminación.

Conceptos clave:

El síndrome de Asperger se incluye dentro del espectro autista y que afecta la interacción social recíproca, la comunicación verbal y no verbal, una resistencia para aceptar el cambio, inflexibilidad del pensamiento así como poseer campos de interés estrechos y absorbentes.

[...]

12 de octubre de 1992

Un taxi se detuvo junto al fino asfalto dejando rastros de sus llantas marcadas en la calle, la puerta fue abierta y desde el interior una voz se despedía con alegría del conductor antes de llevar sus evidentemente descuidados zapatos oscuros y medias largas fuera del vehículo.

“Es inmenso...” Pensó al admirar lo diminuta que se veía junto a aquella estructura.

Y es que ese término le quedaba pequeño, se trataba de un edificio de más de treinta pisos con pinturas grisáceas y ventanales en tonos azules para proteger el interior del sol que azotaba la ciudad. La gente a sus alrededores iba y venía tal como si no fuese nada más fuera de lo usual, pero para ella era inevitable sentir sus propias mejillas teñirse de excitación al estar frente a ella.

Reconocidos por su elegancia, Paradise empress era una de las empresas de moda más importantes de la región, encargados no sólo de distribuir materiales textiles con otras naciones sino también por tener sus propios diseños que se vendían como pan caliente a nivel internacional. Comenzando siendo una simple tienda de modas en una plaza a evolucionar a lo que era ahora.

Más que magnífico.

Una sonrisa motivada se camufló en su rostro de tonos aceituna, mientras su cabellera castaña débilmente amarrada con una vieja liga de pelo amenazaba con ceder al viento que la recibió a penas y llegó a la entrada del edificio, donde el portero del edificio la veía con incredulidad.

— ¿Se te ofrece algo? — Dijo el hombre pelirrojo en monotonía.

— Vengo por las entrevistas, señor.

Él arqueó una ceja, viendo de arriba abajo a la mujer. Sus gafas, su saco ancho sin planchar, pantalones arriba de la pantorrilla dejando a la vista sus medias y por supuesto, su descuidado rostro.

— Por supuesto... — Enunció en un tono despectivo.— Décimo piso, al final del pasillo lo estarán esperando.

Hanji sonrió como agradecimiento, abriendo por si misma el portón ante la inmovilidad del hombre.

[...]

Tal como lo pensó, era tan explendido tanto por fuera como por dentro. Gente andando de un lugar para el otro con apuro, las paredes pintadas en tonos claros y el suelo cubierto por una alfombra en tonos cafés.

Había mucha gente. Rostros joviales, serios y de porte elegante. No cabía duda que no era la única aspirante, pero a pesar de ello confiaba en si misma, de igual forma todavía faltaban unos minutos para que fuese su turno. Tenía que estar preparada por lo que comenzó a repasar en su cabeza sus propias líneas durante la entrevista, hasta que la conversación de las mujeres a su lado llamó su atención.

— ¿Realmente esa es tu motivación por el puesto, Hitch? — Soltó una altanera rubia de nariz ancha, viendo a la joven de cabellos castaños claros con una ceja alzada en reproche.