Antes del principio.
El enorme vacío que representaba la nada era observado por un ángel. Los ojos curiosos de este, veían a su alrededor buscando a alguien que pueda ayudarlo con su labor. Un destello de luz pareció llegar en su ayuda y con algo de duda, lo llamó.
Observaron juntos la creación de sus estrellas, las mismas que el primer ángel amó desde el momento en que las vio, o incluso antes de eso.
El brillo en sus ojos se desvaneció cuando se enteró por palabras del segundo ángel que esto no duraría mucho.
Estaba decepcionado.
Tenía preguntas.
Tal vez si la creadora escuchara...
Pero no lo hizo.
Un ángel cayó.
Varios ángeles cayeron.
¿Qué se necesita para perder la fe?
¿Una piscina de sulfuro hirviendo?
¿Unas alas destrozadas que han perdido el color de su pureza?
Y al final no sabía qué dolía más...
¿El rechazo de la Madre que los creó a todos como sus hijos?
¿O era... que Madre le arrebatara la oportunidad de ver las estrellas que tanto amó?
En el principio.
—"Crawley, debes ir allá arriba y causar problemas"— pronunció imitando una voz aguda— cómo si la mera existencia no fuera un maldito problema.
El ahora demonio Crawley, estaba en el Edén, fue demasiado fácil convencer a Eva, y con ella por supuesto que cayó Adán, pero había algo más que llamó su atención.
Antes de llegar con Eva, había un ángel en la puerta del jardín, con una imponente espada ardiente, en posición de guardia, listo para atacar posibles amenazas, y también, protegiendo el manzano que poco después, sería asaltado por culpa de una serpiente y un descuido del ángel.
Ahora, lo que llamó la atención de Crawley, fue que una vez que echaron a la pareja humana, la espada del guardián había desaparecido, curioso se acercó a ver, reconoció al ángel con quien habló antes de la caída, y también notó la espada ardiente en manos de Adán.
—Bueno, creo que desobedecerla provocará otra caída. — dijo el demonio antes de salir del Edén.
2500 a.C
Diosa y Satanás habían hecho una apuesta, todo lo de Job, el humano más puro y fiel, sería destruido, sin excepciones.
Pero habían un ángel y un demonio que no estaban muy de acuerdo con eso.
El ángel estaba preocupado, pero no había mucho que pudiera hacer.
El demonio cambió de forma a los animales para que no tengan que morir, convirtió a los hijos de Job en pequeños reptiles y en el momento indicado, los llevó con sus padres.
Pero siempre estuvo atento del ángel.
El mismo que mintió en el último momento para confirmar que los hijos que le llevaron a Job, eran los "nuevos" hijos que le autorizaron.
Edimburgo, 1827.
Una señorita saqueando tumbas, divertido para Crowley, grotesco para Aziraphale.
Aunque no cruzaron palabra, a Crowley le había interesado la manera en que Aziraphale se horrorizaba con lo que ambos estaban observando, aunque cada quien por su lado.
El cadáver descompuesto antes de llegar a su destino fue inesperado y un misterio para la chica, Aziraphale se acercó a hablarle y ella, estando a la defensiva, le gritó todo lo que había sufrido.
Fue interesante para Crowley observar desde una de las ventanas como un ángel era convencido de saquear una tumba.
Todavía más interesante que él ayudara a llevarlo para que todo saliera sin problemas, ahora dos niñas se fueron juntas, con un pago un poco injusto, pero conformes.
En los siguientes años, Crowley observaba a Aziraphale realizando tareas dudosas para ser un ángel, mientras él mismo hacía también cosas dudosas para ser un demonio.
Él sabía que ambos estaban en un punto medio, pero aún así, no quería arriesgarse a ser enviado a las fosas de estiércol ni arriesgar a su contrario a caer por intentar fraternizar.
Las cosas estaba bien como estaban.
Un curioso día, Aziraphale juzgaba a una familia.
Una madre dedicada y golpeada, un padre infiel y abusador, unos niños que no podían intervenir.
Pero un hombre pretendía a la madre, y la madre no podía controlar lo que sentía, ¿estaría verdaderamente mal darle un poco de paz?, la infidelidad del hombre es ignorada, pero la de la mujer sería juzgada en los ojos de los demás.
En el punto de vista del cielo, la madre era un ejemplo de buena esposa, en el punto de vista de Crowley, la madre podría ser tentada, y en el punto de vista de Aziraphale, la madre debía ser protegida.
Y así fue, un demonio tentándola al adulterio, un ángel protegiéndola del cielo para darle un respiro.
Aunque al poco tiempo el ángel también provocó la separación de un matrimonio que había sido "bendecido por Dios", y ojalá que el cielo no se entere de eso.
—¿Cómo es que ese ángel no ha caído aún?— se preguntaba Crowley.
Aunque no tardó mucho en arrepentirse de decirlo en voz alta.
—¿Así que quieres hacer caer a un ángel?, y yo que pensaba que no valías la pena como demonio. — Hastur lo había escuchado — Puedo pedirle personalmente a Lord Beelzebub que te de tiempo libre para tentar a tu víctima.
—Oh, no, no, no lo creo, solo fue un comentario, él ha estado desobedeciendo órdenes directas y me sorprendió que siga allá arriba, además, yo sé perfectamente que necesitan que cubra mi trabajo, sí, ¿por qué no mejor voy yo mismo con Lord Beelzebub y...
—Claro que no, Crowley, tú mismo lo dijiste, si ya desobedece por su cuenta, ¿qué tan difícil será tentarlo?, vamos a que resuelvas el papeleo de tu ausencia y tu principal tarea será hacerlo caer... imagina el miedo que inundará a los ángeles cuando vean que los estamos convirtiendo en demonios, porque acabas de darme una idea y él solo será el primero de muchos, y para cuando la gran guerra comience, nuestro ejército será el más grande. — Hastur estaba tan emocionado, que no notó la frustración y desesperación en la cara de Crowley.
Bajaron, Beelzebub sabía que habían pasado un par de miles de años desde que un ángel no caía, pero no se negó.
—Muy bien, Crowley, tu tarea desde hoy, será hacer caer al ángel... Aziraphal... Az... Aziraphale.
—Señora Beelzebub, tengo varias preguntas, ese ángel me conoce, no me dejará tentarlo, me vio en el Edén, con Job, en la...
—No es importante, Crowley, estamos planeando una nueva revuelta con nuevos y frescos ángeles rebeldes, tú te vas a encargar de este, y en cuanto este caiga, enviaremos a tantos demonios como podamos, haciéndolos pasar por humanos, cada uno se encargará de darle un pecado a los bonitos angelitos, aunque creo que el más sencillo sería la lujuria, los cuerpos humanos tienen tantas funciones, tú solo encárgate del angelito, tómate el tiempo que desees, aunque sería mejor que no tardes demasiado, la guerra se acerca, Crowley~.
—Sinceramente, la idea en sí fue de Hastur, no puedo robarle ese honor.
—Oh, no te preocupes, tú fuiste quien dijo la primera palabra, por mí no hay ningún problema con que te encargues, ahora, arriba.
Y Crowley había vuelto a la Tierra.
—¿Crees que lo haga?
—No realmente, no confío en él. —le respondió Hastur a Lord Beelzebub.
¿Empezamos de nuevo?
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Divine Justice
FanfictionAziraphale, un principado muy recto y con una firme moral, se enamora de un humano, cosa que definitivamente no estaba en sus planes, pues un ángel nunca debe relacionarse con un humano de manera romántica, pero en este caso es peor, el supuesto hum...