Pequeño Wu Ming

Pequeña Prostituta Fantasma

Advertencias: medio porno pero no muy porno, pero porno / comedia / bai wuxiang es el loquito del centro

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¿Cómo ha llegado a esto?

Aquel castillo que era suyo, abandonado, sin sirvientes ni criaturas vivas que pudieran molestarte, recordarles que era aun un Príncipe, o mejor dicho, un Rey. Como único heredero, con su padre muerto, Xie Lian solo debía tomar la corona y ponérsela en su cabeza y comenzar a gobernar, aquel que fue, el reino más próspero sobre la tierra.

Eso hizo ese día.

Levanto los huesos de sus progenitores, les dio una santa sepultura. Con la mirada perdida, al borde de la realidad, contemplando la locura misma, tomo la corona de su padre y la puso en su cabeza. La máscara blanca molestaba así que, avaricioso hasta el fin, retiro la barata mascara y decidió andar con el oro, por lo menos durante un rato.

Nada tiene mucho sentido cuando contemplas el exterminio masivo de una nación.

Mascara o corona. Xie Lian no es ni un tullido para ocultar su rostro, ni es rey para usar oro, sin embargo debe aceptar que... se siente bien estar sentado en el trono de su padre, con las piernas abiertas, mirando al techo.

—Wu Ming, te dije que abrieras bien la boca.

Dice aburrido, sin ganas de ver al pequeño fantasma que estando de rodillas, le hace una mamada patética.

Como ya nada importaba, y su cultivo siempre fue una maldita mentira, hoy Xie Lian, ha decidido probar todos los placeres, vino y sexo; sexo y vino.

Bebe distraídamente una copa, amarga y astringente, pero suficientemente buena para marearlo y hacerlo sentir bien. —¡Ah! ¡Que abras bien la maldita boca!

—¡L-Lo siento!

Xie Lian toma de la coleta a Wu Ming y hace que saque su sexo medio dormido. El chico jadea, la máscara apenas cubriendo medio rostro. Solo puede ver labios hinchados y húmedos. Labios que tiemblan.

—Estabas más que dispuesto a complacerme, ¿Por qué estarías tan emocionado en hacer algo que te sale tan mal?

—... Es mi... mi primera...

Xie Lian sonríe, aun sosteniéndolo del cabello. Así de rodillas, con la boca húmeda y la garganta extendida. El alcohol es terrible, hace que Xie Lian encuentre en el fantasma vestido de negro, un objeto de pecado, una carta abierta para usar su cuerpo sin problemas—¿Es tu primera vez chupándosela a un tipo?

—L-Lo es.

Wu Ming aprieta sus manos contra sus rodillas, temblando, tratando de ignorar la erección que tiene—Yo... Nunca tampoco... estuve delante de un rey...

Xie Lian se extraña unos segundos. Ebrio como se encuentre, ha olvidado la pesada corona de siete puntas que tiene en su cabeza y sin poder evitarlo se ríe de buen humor... bueno no realmente, desde hace mucho nada puede arrancar una risa sincera en Xie Lian —Bien jajaja...eres un pequeño fantasma bromista. ¿Eras un payaso cuando vivías?

Xie Lian no deja que responda, le pone inmediatamente la polla en la boca y lo empuja por la nuca— Seguramente una puta no eras, mira... como te ahogas solo, ¿Pero debería importarme? ¿no es como que los fantasmas se ahoguen?

—MMmmmm

—Solo abre bien la boca y chúpala bien—Cierra los ojos, tratando de relajarse, pensando si media botella de vino y un trabajo oral, podrá calmar su adolorido corazón por lo menos durante una noche. Quizas con esto deje de pensar, deje de sentir...