Al fin solos.
Por fin sus amigos se habían ido. Después de ultimar los detalles de la noche anterior habían quedado en continuar el papeleo desde la oficina, además de los trámites con la policía. Marie les había puesto a su disposición tanto a él y Sky, como a Derek y Nathan el viñedo para pasar el fin de semana, aunque este último no aplicaba mucho porque prácticamente era dueño del sitio. Sin embargo cuando escucho el ofrecimiento de Marie no pudo evitar enviarles a sus amigos y colegas una mirada cargada de advertencia.
A pesar de su hombro dolorido, Robert planeaba pasar el resto del fin de semana con su mujer. Sin la interrupción de sus amigos preferiblemente.
Así que cuando ambos notaron su mirada desecharon la invitación cordialmente y se despidieron de Marie, dejándolos a los tres solos en la hermosa casa de campo. Sentados en la mesa, Robert disfruta de su café mientras observa a las mujeres hablar. Su mirada se fija en las mejillas coloradas por el sol de Sky. Sin duda, su piel no acostumbra estar tanto tiempo bajo su calor.
—Eres una dulzura, Skylar. —Marie aprieta la mano de Sky que tenía entre las suyas. —Sin duda Nathan te describió a la perfección.
—Muchas gracias, Marie. —Le devuelve la sonrisa.
—Debes cuidarla, Robert. —La mujer de cabello blanquecino le señala. —Porque si no le diré a Nathan que te la robe. —bromeo.
—Sí, no lo creo Marie. —Con su brazo bueno rodea los hombros de Sky y la inclina hacia el para darle un beso en la mejilla. —Ella se queda conmigo.
Además que no sabría qué hacer si otro de mis amigos tiene un enamoramiento por mi novia. No pudo evitar pensar. Ya es suficiente con Josh.
—Más te vale. —observa a la mujer que se ha convertido en una madre para todo su equipo ponerse de pie. —Estarán solos por el resto del día, chicos. Una vieja amiga de la familia me invito a su casa y pasaremos el resto del día poniéndonos al corriente.
—Esa es la palabra refinada para chismes. —Bromea Robert.
—Robert. —Lo amonesta Sky, dándole un pequeño empujón.
—Nos vemos en la cena, Skylar. —Ignorando por completo a Robert, Marie se aleja.
Riendo por lo bajo, Robert se relaja contra su asiento llevando consigo a Sky. Ambos se quedan en silencio observando el paisaje que se extiende frente a ellos. Desde la terraza se veía las largas enredaderas de parra.
Con los ojos cerrados se permite disfrutar del momento.
Después del desastre de anoche y de las semanas anteriores, estar con Sky, la tranquilidad del sitio, el ambiente... No podría desear nada más.
—Esto es hermoso. —La escucho decir. Sin abrir los ojos, estuvo de acuerdo.
—Lo es.
—¿Cómo te sientes? Puedo pedir algún analgésico, si quieres.
—No, gracias. No me duele
—¿Qué haremos ahora? Tenemos el viñedo para nosotros solos. —Sus palabras son opacadas con el ruido de los trabajadores. Lo que hizo que ella riera. —Bueno casi.
—¿Podemos hacer un picnic? —El entusiasmo en su voz lo hizo abrir los ojos. Skylar lo miraba con la misma emoción que tiene cuando está en la cocina.
—¿Eso quieres?
—Si. Seria prefecto. El día es hermoso y podríamos explorar un poco más el lugar.
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La amenaza más dulce.
RomanceEntre Robert Cambell y Skylar Maters, al instante de conocerse comienzan a saltar chispas entre ellos, aunque no siempre sean las chispas que todos esperan desde el inicio. Esta es una historia llena de romance, risas, drama y un poco de suspenso, q...