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-¡No...! ¡Aléjate de mí! eres extraño y no me gusta.

Grito Katsuki en la camilla de hospital mientras pataleaba, estaba asustado, pero el miedo era para débiles y él iba hacer uno de héroes más grandes de la historia, por eso no podía tener miedo, ya que los héroes no le temían a nada.

Él contrario ya estresado de que Katsuki pataleara tanto lo miró con ojos profundos, Katsuki sabía el significado de aquella asquerosa mirada. Era horrible, siempre lo empezaba a mirar desde arriba hasta llegar abajo, simplemente lo odiaba, a su corta edad ya odiaba su cuerpo. Este lo tomo de las manos tirando a Katsuki en la capilla quedando él justo arriba del infante.

-¡No, no, no quiero! Déjame...

Katsuki ya sabía lo que iba a pasar, no quería que pasara otra vez, no podía entender porque aquel hombre disfrutaba de lastimar lo, a él no le gustaba, sabía que los héroes no le tenían miedo a nada, pero él sí tenía miedo cuando aquel hombre intentaba tocarlo.

-Has silencio pequeño mocoso...

Susurró quitándole su camisa, era su camisa favorita, era de All Might, su mamá se la había regalado unos días atrás, desde ese entonces se convirtió en su favorita pero seguramente no la usaría nunca más, ya no sé sentiría cómodo con ella.

Katsuki seguía suplicando que no lo tocase, pero este claramente no le presta atención y seguía tocando el cuerpo del menor con bastante descaro. Para ese momento las únicas prendas de ropa que quedaban su cuerpo era sus pequeños calzoncillos con diseño de dinosaurio y unas medias blancas.

¿Por qué su inocencia se le fue arrebatada tan cruelmente? ¿Por qué tuvo que conocer el mundo del morbo siendo tan pequeño? ¿Por qué su ropa de colores y de dibujos animados fue sexualidad?

-Había pasado tanto tiempo desde la última vez, tu estúpida madre estuvo presente el último mes de consulta y no pude hacer nada contigo, fue agotador.

Katsuki tembló ante esas palabras que fueron dichas en sus oído, su madre lo acompañó durante todo un mes de consulta, porque había notado su comportamiento extraño, pero al notar que "nada pasaba" y todo estaba normal volvió a dejarlo solo. Esa tarde lo había dejado Masaru, su padre. Este ni siquiera dejo que alguien recibiera a Katsuki, simplemente lo dejó ahí, en la puerta del hospital infantil esperando que un guardia lo llevará a dentro ya que conocían al pequeño gracias a que era un paciente bastante frecuente.

Tanto así que las amables enfermeras le pusieron un apodo, era "estrellita" se lo ganó debido a su cabello y que tiempo atrás iba con una sonrisa diciendo que se convertiría en el mejor héroe del mundo y los salvaría a todos, lo había prometido.
Su corazón de infante nunca dejó escapar sus sueños, aunque cada vez que sucedía un atentado contra su cuerpo un pedazo de su inocencia se desprendía, era un daño irreparable, aunque aquel hombre recibiera el peor castigo del mundo eso no borraría el daño que le provocó.

Aquellos minutos de sufrimiento fueron eternos para él, sus lágrimas no valieron nada, no se detuvo hasta el último momento.

Cuándo por fin todo terminó se sentía cansado, aunque sentía que su pequeño cuerpo ardía no quiso esperar ni un minutos más para vestirse, no podía hablar, no podía quejarse ni tampoco escapar. Solo podía llorar en silencio ya que ningún sonido podía salir de su boca.

No quería sentirse así, solo quería irse de ahí y correr a los brazos de su madre y acurrucarse en ellos hasta olvidar todo eso aunque a su corta edad sabia que era imposible.

Así espero por lo menos una media hora más en ese lugar, su madre aún no lo había recogido, en serio esperaba que fuera ella, en ese momento anhelaba uno de sus abrazos. Ya se sentía fastidiado aunque aquel hombre se había ido no podía sacar ese pensamiento de su cabeza.

Sueño frustrado [DekuBaku] -Omegaverse Donde viven las historias. Descúbrelo ahora