—Buenas tardes, profe- dijo sin quitar la atención en su libro
—Que mierda fue eso de hoy?— No pude disimular mi enojo.
Había estado toda la tarde pensando en eso. Intentaba e intentaba entender sus acciones pero no había respuesta, y si la había.. era tan o mas predecible que él. Es un imbecil que está aburrido.
—¿Cómo? ¿Qué paso?— dijo y me devolvió la mirada a modo inocente. Como si fuera a creerle..
—Tadheo— me pare frente a él, que se lo veia muy relajado allí sentado, de costado al escritorio. Revoltoso por donde lo mire. Sostenía su cabeza, que se inclinaba de lado, con el puño de su mano. Apenas haciendo fuerza en ese brazo para mantenerse. Lo mire directamente a los ojos y continue —No voy a preguntar de nuevo... Sabes perfectamente de que te hablo y tambien sabes que eso que hiciste fue una maldita estupidez! Una estupidez que rompe nuestra PRIMERA regla— frunci el seño por tener que aclararlo
—Oye.. calmate profe— sonó tranquilo
—No me llames asi— dije entre dientes
—Pienso que hoy no estás nada profesional—
—¿Tu en algún momento puedes pensar? Wow.. - conteste canalizando mi enojo en la ironía
—Sigo sin entender del todo. Voy a necesitar que seas más específica— remato con una sonrisa. Típico. Él definitivamente sabía como molestarme
—Recuerdo haber sido muy clara que iba a hacer esto si te comportabas y no me metías en problemas. Pero ahora sé que no puedes manejar tu imbecilidad. Asi que tendremos que.. — me interrumpen
—Imbeci... que? Jaja— se puso de pie y nuestros cuerpos quedaron demasiado cerca lo que me fue inevitable notar su pecho
Si me abrazara caberia perfecta en esos brazos
Sin darme cuenta lo estaba apreciando de otra manera. En el camino de mis ojos hacia los suyos, descubrí contrastes en su piel que se apreciaban de cerca. Unos muy chiquititos lunares se asomaron por su cuello.
Lunares.
Para cuando reaccione, di un parpadeo y lo mire. Algo avergonzada. No sabía cuánto tiempo me había tomado para levantar la mirada.
—De todas las veces que te pregunte, en ninguna me pudiste decir que es lo que hice que tanto te jodio— dijo en tono suave, mientras con delicadeza me acomodó un mechón detrás de la oreja. Me sorprendió un poco, pero no perdi la concentración. Conociéndo como era Tadheo, seguro estaba intentando safar de mi enojo y manipularme como solía hacer con todas las chicas.
—No me toques— corrí la cara
Se rio y termino con el contacto visual para mirar hacia un costado. Levanto una mano para usarla como mesita, apoyando su pera en el. Todo un acto para simular que estaba pensando
—Creo que ya se de que hablas— lo mire de reojo —Te referís a cuando te pedí agua en el gimnasio?— Acerco tanto su cara a la mira que no pude emitir ni un sonido. Solo lo observe fijamente. —¿Era eso?— y sonrío como si fuera gracioso
—Si— revolie los ojos
—¿Tanto por eso? ¿Que tuvo de malo?— hice un paso hacia atras alejándome de él, en realidad, muy en el fondo quería alejarme porque mi inconsciente me pedía que me besara —Solo te pedí agua, a tus amigos no les gusto?— se cruzo de brazos, bajo su mirada y me recorrio con la mirada hasta llegar a mis ojos. —Te alejaste— mientras sonreía angelicalmente
Así como abrí mi boca para decirle todo menos lindo, la cerré. Tome aire y enfoque mi concentración. No iba a dejarlo con el gusto de hacerme prender a sus juegos, enfermos. Y menos de cumplir con su objetivo de hacerme enojar.
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TUS OJOS NO MIENTEN
RomanceTercera Ley de Newton "LA ÚNICA FORMA QUE CONOCEN LOS HUMANOS DE LLEGAR A ALGUNA PARTE ES DEJANDO ALGO ATRÁS"