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Cuando Valentín se despierta al otro día, se encarga de contarle con lujo de detalles lo sucedido a su amigo Facundo mientras los dos seguían con demasiada pereza y frio como para salir de la cama. Aprovecha el momento en el que tiene la atención del menor, últimamente coincidían poco y a pesar de que se estaba equivocando, necesitaba sus palabras para no caer en su propia locura.

¿Qué debía hacer con Luka ahora? Es decir, luego de los recientes hechos, sentía que tal vez tenía posibilidades de que, quien supo ser su amigo durante la infancia, se vuelva a convertir en alguien cercano. Ese único encuentro ya lo había ilusionado y se sentía confiado como nunca, como si lo único que necesitaba para dejar de sentirse inseguro fuera una sonrisa de Agustín dedicada únicamente a él.

Además había empezado a dudar de la relación entre los dos chicos. Es decir, era una realidad que los había visto juntos muchas veces. ¿Pero alguna vez los había visto besarse o demostrarse afecto en público? La verdad, ahora que lo pensaba, creía que no. Si alguna vez lo creyó así, tal vez había sido producto de su imaginación. Además Facundo le confirmaba lo mismo.

-¿Y vos que anduviste haciendo?- De la nada misma, a su amigo le llegaron las ganas de acomodarse rápido para sus clases y así salir disparado de la cama. Mientras tiraba las mantas a un lado, sintiendo el frio tocar su piel, pensó en que responderle al colorado.

-Nada, son cosas del estudio, vos sabes.- Valentín sabía que su amigo era un apasionado por tener 10 en todo pero la situación ya le estaba pareciendo un poco extraña, además había visto en algunas planillas de asistencia que se había saltado clases. -Perdona por no haberte dado mucha bola en estos días. Te dejé solo y además de celoso te pusiste cocinero.

Valentín no pudo evitar reír. Solo su amigo se tomaría tan a la ligera lo que había hecho. Creía que ya empezaba a ser hora de averiguar si lo que había planeado funcionó o no.

-Y no sabes lo rico que cocino.

-Si, le voy a preguntar a Luka a ver que me dice.- En los pocos segundos que duró la conversación, Facundo ya se había cambiado, peinado, acomodado las cosas que iba a necesitar para el día y ya estaba listo para marcharse. Mientras tanto Valentín, bueno, el todavía estaba intentando averiguar donde estaba la media que se le había salido mientras dormía.

Recibió un beso en la frente como despedida y vio a su amigo marcharse por la puerta. Lo que le llamó la atención fue que, en vez de encaminarse para la salida de los dormitorios, por el vidrio colorido de la entrada pudo ver que su amigo dobló para el otro lado.

Después de una larga lucha con sus pelos, con su ropa, con sus sabanas y hasta con sus libros, Valentín decidió que debía volver a concentrarse en sus estudios o iba a repetir, si es que eso era posible porque no estaba muy seguro. Además, no quería que Facundo le salvara las papas otro año más con sus clases particulares y resúmenes.

Sin embargo, toda concentración se esfumó cuando vio a Luka ese día. Juan a su derecha, Agustín a su izquierda, y cada tanto volteaba y lo miraba a él. Valentín empezó a sentir que la calefacción en ese salón estaba demasiado alta y que tenía que salir de ahí. Ya se había desvanecido todo propósito de ser un alumno ejemplar.

No entendía porque cada vez que su cabeza giraba a donde se encontraba el pelilargo, este lo estaba mirando con cuidado. ¿Y si Agustín le contó que habían estado hablando? ¿Y si se enteró de que había intentado hechizarlo y ahora estaba planeando matarlo?

Valentín se imaginó mil escenarios donde el contrario se encargaba de torturarlo y castigarlo por todo lo malo que había hecho, haciéndolo sufrir para pagar por sus celos. Ya estaba jugadisimo, porque además podía confirmar que su armado y trabajoso plan no había funcionado ni un poquito. Es decir, sus intenciones eran que Luka sintiera un extremo rechazo por Agustín y sin embargo estaban ahí, sentados el uno al lado del otro.

sobre pecas y magia - valen x agus x lukaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora