No es la casa la que esta embrujada, es tu hijo.

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¡Y no te atrevas a desobedecerme, sabes que odio cuando te comportas de esa manera! ¡No puedes ser más inútil que eso?!

Una vez más, la señora Rosehearts regañaba a su hijo, Riddle Rosehearts. La única diferencia es que aquel niño permanecía en silencio mientras su madre lo buscaba, mientras se escondía con pavor y  lagrimas cayendo de su rostro.

Esa tarde sus amigos, Trey y Chen'ya lo habían visitado a escondidas de su madre por ser su cumpleaños y le habían llevado una pequeña tarta de fresas, su favorita.

El pequeño pelirrojo la recibió y rápidamente subió a su habitación para esconderla y disfrutarla más tarde. Sin embargo, cuando su madre llegó a corroborar que siguiera con sus estudios, notó que había algo... diferente. El pequeño se veía más alegre que de costumbre. Y no es que no disfrutara que fuera feliz, pues sabia que era su cumpleaños. Sin embargo eso no evito que lo cuestionara.

-Riddle, se que es tu cumpleaños, pero últimamente creo que no te estas esforzando lo suficiente. Te permitiré tomar un descanso y después podrás seguir con tus estudios -. Comentó su madre tan tranquila y serena a pesar de querer desquitarse con su pequeño hijo.

El simplemente asintió cabizbajo y salió de su habitación en dirección al baño para despejar su mente. En cuanto salió de ella, su madre inmediatamente comenzó a inspeccionar su habitación en busca de la causa de aquel inusual comportamiento, finalmente dando con el paradero de aquel postre de parte de sus amigos.

Mantuvo la calma durante unos minutos, esperando a que el pequeño pelirrojo  regresará a su habitación, y en cuanto lo hizo su expresión serena de antes cambió a una más estricta. La pequeña caja del postre en mano y un rostro que muestra decepción y con enojo. El joven no sabia como reaccionar ante tal situación.  Sintió como sus ojos se humedecían y sus labios temblaban.

- M..madre, lo siento, pero... yo..  mis amigos .... ellos... sabian que era mi cumpleaños...  y..- Riddle no sabia como excusarse, sus ojos llorosos y su respiración agitada eran señales de que no tenia escapatoria de su castigo. 

-¡¡RIDDLE QUE ES LO QUE TE HE DICHO SOBRE ALEJARTE DE TUS AMIGOS!?!! ¡ACASO NO VEZ QUE TE HACEN DAÑO!! ¡YO SOLO QUIERO PROTEGERTE, ES QUE NO LO ENTIENDES?!!-

Riddle sabia que su madre tenia razón. Era una decepción para ella. Sintió como sus lagrimas se acumulaban en sus ojos y se desbordaban poco a poco. La señora Rosehearts sabia que las palabras eran efectivas en su hijo, ya que se sentiría mal si lo llegara a herir físicamente. Así que intentaría nuevos métodos para hacerle ver a su hijo que sin ella, estaría perdido. 
Asi que decidió disculparse un poco, pero sin dejar de ser seria.

-Perdón querido, pero debes de entender que tu me importas muchísimo. No soportaría perderte. Después de todo, se que eres un poco inútil y necesitas ayuda para todo.- 

El pequeño dejó de llorar por la respuesta de su madre, a la cuál miró con confusión.

-¿H..huh?..  ¿De que hablas madre?..-

Ella solo lo miró con desprecio. De un momento a otro su expresión cambio a una más seria y con aires de superioridad. Como si Riddle no fuera más que un simple insecto al cual tienes ganas de aplastar.

Su madre le sonrió cálidamente a pesar de su rostro que indicaba lo contrario.

-Me refiero a que si no fuera por mi, no serias nada. Después de todo yo soy la que te ha criado con tanto amor. Te he preparado para que puedas valerte por ti mismo. Aunque.... -  Se detuvo pensando en sus siguientes palabras.

- Creo que te falta más disciplina..-  Sonrió amablemente hacia el pequeño, una pequeña sonrisa pero que estaba lejos de ser amable, cruzándose de brazos y cerrando sus ojos.

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⏰ Última actualización: Oct 25, 2023 ⏰

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