CAPÍTULO 1

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En mi oscura habitación los rayos del sol entraban por la ventana anunciado un nuevo día. Sin ganas de levantarme seguía acostada en mi cama, debido a que había tenido una pesadilla horrible que no me dejó dormir muy bien anoche. Además del mal humor que tengo, ni al instituto quiero ir.

Las pesadillas no ayudan a descansar, solo perturban tu mente y cuando despiertas, no quieres dormir porque piensas que regresaras otra vez a la misma pesadilla. Ese es mi problema de vez en cuando, sueño pesadillas muy realistas que a veces pienso que las estoy viviendo de verdad.

— Luna, ¡ya levante que llegaras tarde a clases! — Exclamó mi madre desde el otro lado de la puerta.

— Mamá, no quiero ir a clases, ¿puedes llamar y decirles que estoy enferma? — Supliqué aún acostada debajo de las mantas sin abrir los ojos

Esta mañana no tenía ánimos de asistir a clases, al menos creó que si seguía en mi cama, recuperaría energía.

— Cariño, sabes que no puedo hacer eso

— Está bien... En unos minutos bajo a desayunar

— ¡Ese es el espíritu! — exclamó alegre y después se fue

A pesar de mi estado actual, me levanté y entre al baño a duras penas. pasé por el espejo y ahí vi mi reflejo: cabello oscuro, ojos azules, y una cara que parece sacada de una película de espantos. Tenía ojeras horribles, y el rostro pálido como de un muerto, con este aspecto de seguro traeré la atención.

Me di una ducha rápida y me puse el uniforme escolar. Antes de salir, coloqué un poco de maquillaje en mi cara como recurso para cubrir las ojeras y no se notarán demasiado, después tomé mi bolso y salí de mi habitación.

Bajando las escaleras, me topé con mi querido padre.

— Buenos días, papá

Con su hobby de todas la mañana tenía el periódico en sus manos. Dejó de leerlo y volvio a verme, su frente se arrugó.

— No me digas, otra vez la pesadilla

— Ni te lo imaginas, siempre es el mismo lugar pero en diferentes lugares... Me explico

Mi padre me miraba sin entender. Él trata de ser bueno escuchando mis problemas y darme consejos, pero hay cosas que no logrará comprender.

— Papá, Solo olvídalo

— No es que no entendiera pero es un asunto serio, si necesitas ayuda solo dilo, ¿de acuerdo?

— Está bien

No quería seguir preocupando los pero hay momentos en que no puedo soportarlo sola. Es como si estuviera entre un barco inestable que se desnivela y con el mínimo movimiento, caigo al agua.

Ellos son mi tierra y mi fortaleza para seguir.

Caminamos al comedor, donde nos esperaba mi madre con su hermosa sonrisa que me alegra las mañanas.

— El desayuno está listo... Luna no te vez bien

Por el maquillaje pensé que no me vería tan mal, pero al parecer no lo logré.

— Estoy bien, ayer no tuve una buena noche que digamos — comenté sentándome en el comedor

Mi madre me observo y no dijo nada, tratando de no hacerme sentir incómoda.

***

Mi padre decidió dejarme frente al instituto para estar más tranquilo. Me cuida mucho pero a veces eso me incomodaba.

De camino al instituto. Miré alrededor del automóvil  y en la guantera observé una caja azul. Sintiendo curiosidad la abrí, en ella había un colgante con un adorno en forma de luna.

La Academia De Mis Pesadillas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora