Al transcurrir el día y mientras más se acercaba el receso, los nervios de Rosabelle crecían a cada segundo. Aún con su incomodidad, camino por los pasillos en dirección al patio. Había salido un poco antes ya que la clase terminó más rápido, e iba a buscar el lugar donde pasó tiempo con Mason el día anterior.
El timbre sonó, anunciando el inicio del receso, y vio como las personas comenzaron a salir parcialmente de los salones en busca de algo de comer o simplemente para buscar a sus amigos. Luego de unos minutos llegó al patio de la escuela y caminó hasta el gran árbol para tomar asiento en el suelo, acomodando su ropa en el proceso. Sacó su teléfono y lo utilizó como espejo para verse, estaba algo despeinada pero no era un problema mayor.
- Bueno, la apariencia no lo es todo - se recalcó a sí misma en voz alta.
- En eso tienes razón, aunque ¿Para que te preocupas por eso si siempre estas guapa? - respondieron detrás suyo, sobresaltandola.
Mason llegaba a los lugares de una forma tan sigilosa que no se notaba. Al parecer sus zapatos no sonaban o algo por el estilo, se sentó en el suelo al lado de Rosabelle, soltó su mochila y el estuche de su guitarra, disponiéndose a sacarla de ahí.
- ¿Se puede saber para que me necesitabas con tanta urgencia? - dijo la chica ignorando el calor que sentía en su rostro por lo que había dicho Mason ¿Le parecía guapa?
El chico sacó su guitarra de la funda y Rosabelle lo miró un tanto confundida.
- No se para que es eso pero quiero que sepas que no se cantar - agregó.
Mason comenzó a reír.
- ¿Puedes esperar un segundo rubia? Ya casi termino - respondió Mason, terminando de afinar la guitarra y rebuscando en su mochila una carpeta con papeles.
En este punto, Rosabelle no entendía nada de lo que pasaba ni mucho menos se imaginaba lo que quería Mason de ella.
- A ver, supongo que sabes de sobra que me gusta la música y que compongo mis propias canciones ¿No? - dijo, al tiempo que Rosabelle asentía recalcando lo obvio - Hace unos meses estoy escribiendo una canción, pero me quedé estancado en una parte y no logro salir de ahí.
- Entiendo pero ¿Qué tengo que ver yo con todo eso? - preguntó Rosabelle.
- Esperaba que pudieras ayudarme, que leyeras la letra y me ayudarás a terminarla - pidió Mason medio suplicándole.
Esto era verdaderamente una sorpresa total, y continuaba siendo extraño
- Espera un segundo - expresó Rosabelle, al tiempo que Mason le devolvió la mirada - ¿Fue por esto qué volviste a hablarme? ¿Por qué necesitabas ayuda? - preguntó algo molesta a lo que Mason negó rápidamente.
- No, no pienses mal de mi - dijo tomando una de sus manos entre las suyas.
El toque era cálido y delicado. La diferencia de tamaño entre ambas no era enorme, pero bastaba para poner nerviosa a Rosabelle por el nuevo contacto. Miró rápidamente a Mason, quien ya la estaba mirando.
- Llevo meses en esto y simplemente no salgo de ese punto, mis amigos no me pueden ayudar mucho porque no saben mucho de música - explicó - Y simplemente cuando volvimos a hablar no se me ocurrió esto, pero anoche cuando intente escribir la letra nada salía y, simplemente tu pasaste por mi cabeza.
Mientras más hablaba, Rosabelle se ponía más ansiosa, puesto que a medida que Mason explicaba sus intenciones tomaba la mano de chica con más fuerza y ella solamente podía escuchar todo lo que él decía, levemente nerviosa y sonrojada.
- Pensé en escribirte, pero no tenía tú número así que mi única opción era preguntártelo hoy en la escuela y rezar para que me dijeras que sí, no creo que exista otra persona con gustos tan parecidos a mí - terminó, tomando aire en el proceso - ¿Entiendes?
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Sk8ter Boy ©
Novela JuvenilRosabelle Darrell se ha pasado la vida creyendo que el amor no correspondido es un sentimiento exagerado, un cliché que se sobrevalora. Sin embargo, su perspectiva cambia abruptamente cuando conoce a Mason Pratt. Desde el primer instante en que sus...