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{11}
Se sentía acorralado.
Con la respiración agitada, cada vez retrocediendo más. Ahorcado y asfixiado por todas esas lunas que lo observaban con enojo, sin piedad, mientras con su gravedad atraían asteroides, para seguramente pegarle a él.
La humedad de sus bosques templados se transformaron a ojos cristalinos.
Eran demasiados satélites, pero todos se veían borrosos a su vista, tal vez era por sus lágrimas, pero... siempre hay una excepción, en este caso, dos lunas muy especiales para él; Titán y su mismísima Luna. Se sentía traicionado...
— P-perdón... Se los juro, todo lo que dije sobre ustedes estaba mal y l-lo reconozco. Sol-
— Déjate de excusas. — Dijo Titán en un tono serio, a la vez que le tiraba un asteroide que la Tierra esquivo con sorpresa y miedo, asustado. No se esperaba esto de Titán... Nunca.
— Eres un egocéntrico. — Mencionó una voz, era la de un planeta saliendo entre todos esos asteroides como si fuera una película; Mercurio. Su voz era tranquila pero juzgadora.
La tierra abrió los ojos con asombro, cayendo unas de sus lágrimas en el proceso. Se quedó viendo fijamente a ese planeta que hace unos momentos atrás, había sido su héroe de su posible muerte.
— ¿Mercurio...? — Dijo en un susurro, casi suspiró.
— ¡Acaba con la broma, por favor! — Se atrevió a decirle, pero parece que nadie lo escucho. Las palabras, el hablar, ya no eran suficientes para parar “la furia” de todos.
— Me atrevería a decir que eres igual o peor que esos seres inútiles y estúpidos que habitan y tienen control en ti. — Dijo Venus con un tono enojado, apareciendo de la misma forma que Mercurio y colocándose al lado de este.
—¿¡Venus!? Por favor, ya no me gusta esta broma... Yo sé que tal vez si hubiera hech-
— Él "hubiera hecho" no existe, Tierra. Solo existen las consecuencias de lo que dijiste en el pasado y presente. — Respondió su Luna, en vez de Venus, quién solo se le quedó mirando con enojo y decepción.
— Nos trataste como basura por el simple hecho de no tener vida como tú. — Dijo Marte, apareciendo atrás de la tierra para después moverse y colocarse al lado de todos aquellos que son o fueron importantes para la Tierra.
Entonces, esa "hermosa concentración de rocas", retrocedió. Volviéndose a sentir acorralado, sin lugar a dónde escapar y poder respirar, viendo como ahora tenía en frente a todos enojados.
Todas esas Lunas y planetas que alguna vez el los trató con horror, directa o indirectamente, ahora se encontraban avanzando lentamente hacía el. Los dolores y pinchazos que sentía en su cuerpo pasaron a ser segundo plano.
— No te preocupes... Le contaré tú historia a los nuevos que lleguen.
No.
No quiere ser una historia más de las miles que tiene Júpiter...Sin embargo, ¿Porqué sigue retrocediendo?
— ¡Paren! Les j-juro que mejorare, seré mejor individuo. Y-Yo...— Respiró fuerte y rápidamente, a la vez que los demás empezaron a lanzar esas rocas continuamente, incitando a la Tierra a retroceder cada vez más.
Él dio una pequeña mirada hacía donde iba.
Directo al sol. Todos lo estaban llevando directo al sol. Cómo esa famosa jugada en el ajedrez, dónde solo queda el rey en uno de los lados. Y entre dos torres del bando contrario lo acorralan, hasta que el rey pierde en la última línea...
Que tontería que en ese momento se acuerde de algo así.
El miedo se apoderó de él, sintiéndose como una hormiga sola. Sin alguien en quién confiar, pequeño y sin poder.
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