Jeon se sentó en la esquina de la ventana iluminada de la sala común del harén, las rejas de arabescos soldadas sobre las ventanas ovaladas hacían sombra sobre la página del libro que estaba leyendo. Este era su lugar especial, aislado del resto de los esclavos de su amante. Los demás hombres se sentaban o descansaban en la amplia habitación, ricamente decorada, conversando, durmiendo, jugando para pasar el tiempo hasta el próximo llamado de su ama.
Cuando el intercambio entre los hombres aumentó llamativamente, Jeon levantó sus ojos del libro. Miró hacia las puertas del harén y vio a los guardias en el exterior abrir una pequeña mirilla en una de las puertas para poder observar la causa de la conmoción. Ellos no interferirían, salvo que alguien fuese herido lo suficiente para comprometer su eficiencia. La jerarquía del harén no era importante en el esquema de las cosas.
Jeon dejó claro en el pasado que no tenía interés en la política del harén. Él se guardaba para sí. Fue la mejor manera de evitar una confrontación y permanecer a salvo y vivo. No había lugar para la debilidad aquí. El harén no era un lugar para mostrar nada más que fuerza. La fuerza impedía a Jeon ser víctima de los celos y la amargura de sus compañeros esclavos, volviéndose contra él, porque él era el favorito de su ama. También le impidió ser destruido, consumido por las sombras tanto de su pasado como de su presente.
Sintió una sonrisa triste aparecer fugazmente. Él no tenía miedo de su ama, de los guardias, o de lo que sus compañeros esclavos escogieran hacerle ahora. Algunas veces, se encontraba deseando la santidad de la muerte, la liberación que estaba más allá de esta vida, pero el soldado y su deber para con su hermana le impedían sucumbir.
A pesar que la esclavitud lo forzó a someterse, en su corazón todavía era Jungkook y no Jeon, como el ama escogió llamarlo y él todavía era un luchador. Incluso ellos no podían quitar eso de él.
Sus pensamientos estaban dispersos cuando las puertas ornamentadas se abrieron y los guardias empujaron un niño, de quizás quince años o más, al interior del harén. El muchacho observó a los guardias cerrar las puertas con un golpe fuerte, se quedó de pie tembloroso con sus brazos envolviendo su delgado tronco en un vano intento de auto consuelo. Su mirada recorrió la habitación antes de detenerse sobre los hombres ubicados en el centro.
La respiración del muchachito se aceleró audiblemente cuando, uno después de otro, los hombres en la habitación se acercaron para inspeccionar la nueva adición. Lo evaluaban, juzgándolo como presa o rival. Él era hermoso en una forma delicada, con sus cabellos rubios ondeados y sus ojos azules.
Observando el desarrollo de los acontecimientos desde su lugar en la ventana, Jeon deseó que el muchacho se mantuviese recto y en sus pies. Sin demostrar ningún miedo. Les llevó poco tiempo visualizarlo como una presa. Sehun, líder autoproclamado y bravucón del harén, miró perezosamente a su pequeño grupo de admiradores y se dirigió al recién llegado. Una pequeña y cruel sonrisa se extendió por sus hermosos labios. Los ojos del niño se llenaron de aprensión cuando el otro hombre se acercó.
—¿Qué tenemos aquí? —Preguntó Sehun—. ¿Un poco de pelusa nueva para mi colección? —Se acercó agresivamente al muchacho y tomó su mentón inclinando su cara para uno y otro lado.
El chiquillo retrocedió, frunciendo el ceño, intentando cubrir su miedo mientras el resto se acercaba para sumarse a la diversión. Intentó mostrarse fuerte, pero el otro hombre bajó las manos hasta sus hombros y lo sujetó en un movimiento rápido. Comenzó a sudar cuando encontró los fríos ojos grises de Sehun brillando con malicia.
—Mi nombre es Sehun, pequeño. Estoy ansioso de escucharte decirlo cuando me implores.
Los dedos de Jeon aferraban fuerte el libro, se obligó a mirar lejos de la escena que se desarrollaba e intentó concentrarse en las palabras frente a él. Nunca se involucraba en la política del harén. No era su problema lo que sucediera con el muchacho, pero era un inocente arrojado a los lobos. Así como Jisoo. Así como su hermana menor...
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ɛʟ ɛʍքɛʀǟɖօʀ ʏ ֆʊ ǟʍǟɖօ ʟօɮօ | ȶǟɛӄօօӄ |
FanfictionJungkook anhela encontrar a su hermana, a pesar que está atrapado en las cadenas de la esclavitud. Cuando es entregado al hombre que conquistó su país, se encuentra cautivo en su propio odio y, sin embargo al mismo tiempo, fascinado por el misterio...