—"¿Quién Carajos es Mario Sánchez?"
Sánchez se encuentra al borde de una crisis financiera, desesperado intenta conseguir empleo en una gran Compañía donde conoce a Emma, la mujer que destruirá su percepción del amor y lo ayudará a convertirse en una mejor versión de sí mismo. Aunque el odio y el amor sean contrapartes, los corazones siempre resonaran en sintonía con aquellos con los que estamos destinados.
Así comienza la historia de un hombre que, para muchos, parece ser solo un nombre en un mar de rostros desconocidos. En un mundo de personas con trajes y vestidos elegantes, peinados relucientes y calzados brillantes, Mario Sánchez parece ser solo un desconocido más, un hombre cuyo nombre se pierde entre la multitud.
El pasillo se encontraba apretado, un gran túmulo de personas se apiñaba a la espera de su llamado, mientras ellos, puntualmente, esperaban afuera de la oficina de reclutamiento de personal.
Todos estaban ansiosos por la entrevista, después de todo es una gran compañía en la que podrán trabajar si logran ser contratados.
Entre los rostros ansiosos y los susurros llenos de expectativas, había un protagonista que aún no había llegado al lugar.
Mario Sánchez, el hombre en cuestión, comenzaba su día con el pie izquierdo. Perdido en las calles de la ciudad, las manecillas del reloj parecían moverse en su contra, yendo más rápido de lo que él podía avanzar. Pero como dice el refrán, cuando uno comienza con el pie izquierdo, todo puede mejorar.
A medida que Mario se acercaba al edificio, con el corazón latiéndole en el pecho, se prometió a sí mismo que esta sería la oportunidad que cambiaría su vida.
Aunque el destino había jugado en su contra esa mañana, Mario estaba decidido a enfrentar lo que viniera. Después de todo, ¿qué podría salir mal en esta historia?
—"Mario Sánchez, Mario Sánchez. Si no se presenta en 2 minutos será eliminado de la ronda de selección".
Corriendo por las calles de Francia, Mario Sánchez se dirige a su cuarta entrevista de trabajo del mes. Habiendo perdido la noción del tiempo, Mario se da prisa y logra cruzar por las puertas del ascensor.
—"¡Mario Sánchez, último llamado!", anuncia una voz por los altavoces del edificio.
—"Aquí, buenos días. Soy Mario", responde Mario, tratando de recuperar el aliento.
Habiendo ingresado con rapidez, ni siquiera había notado que su vestimenta desentonaba a comparación de los demás reclutas, esto sorprendió a los demás.
Cuando la puerta se cerró, los susurros y cotilleos comenzaron.
"Disculpen el retraso, estuve atascado. Allá abajo hay un gran lío", explica Mario mientras entra en la sala de entrevistas.
Mientras la entrevistadora observaba la figura del hombre que tenía delante de ella, lo escaneó rápidamente sin decir palabra. Con una sonrisa gentil, le indica que pase adelante y tome asiento mientras prepara el procedimiento para la entrevista.
—"Adelante, Sr. Mario", dice el entrevistador con una sonrisa, señalando una silla. "Tome asiento y prepare su portafolio."
Habiendo dejado una fuerte primera impresión, la entrevistadora pensó para sí misma: "¡Qué desastre de hombre! Llegó tarde: menos 2 puntos. Ropa desaliñada: menos 2 puntos. Cabello desordenado: menos 3 puntos. Y por Dios, ¿qué diablos pasa con ese sudor en su rostro? Este tipo se está burlando de nuestra compañía. Debe ser alguna especie de broma. Nadie acudiría a una entrevista y se presentaría de esta manera. Bueno, lo que sea. No es que sea mi problema."
Desde el momento en que Mario ingresó al salón, su corazón latía acelerado. La adrenalina brotaba por su ser y él no se daba cuenta de su estado de euforia, lo que delataba su falta de profesionalismo al presentarse al lugar con varios minutos de retraso. Mario estaba ansioso, sostenía su portafolio y no podía ocultar su nerviosismo.
Momentos después, la entrevistadora se presentó. "Es un honor contar con su presencia y que su interés en trabajar en nuestra compañía sea compartido por personas con gran habilidad. Me llamo Emma Masson y seré la encargada de entrevistarlo, Sr. Mario".
Mientras la entrevistadora realizaba su presentación, Mario se encontraba divagando en sus pensamientos. De hecho, parte de su mente se encontraba fuera de la elegante oficina y del aroma fragante de la bella mujer francesa que presidía la entrevista.
"Por favor, proceda con su presentación, Sr. Mario", dijo Emma, sacando su portafolio y comenzando a hablar sobre sus logros y habilidades.
"Bonjour, je m'appelle Mario", dijo Mario con nerviosismo. "Me destaco por trabajar con entusiasmo como intermediario lingüístico. Tengo 4 años de experiencia en este ámbito y actualmente hablo tres idiomas. Además, próximamente obtendré un certificado en un cuarto idioma", expresó Mario con orgullo.
La presentación de idiomas continuó sin interrupciones, mientras la mirada de Emma se posaba sobre la fluidez de Mario al hablar francés, inglés, ruso y español, los cuales debía demostrar con naturalidad. Sin embargo, su nerviosismo evidente eclipsaba su habilidad lingüística, pero no quitaba el mérito de su habilidad.
Mientras Mario concluía su presentación:
— Emma solo asentía con una expresión serena y seria. Revisaba el currículum y escribía notas aquí y allá mientras Mario finalizaba. Había dos cosas que sorprendían a Emma: primero, el hecho de que Mario tuviera una visa de residente extendida y permiso para trabajar; y segundo, que Mario, siendo latino, hablara con fluidez el francés. Aunque este último detalle podría considerarse prejuicioso, lo cierto es que Emma no lo juzgaba. De hecho, cierto grado de admiración surgió al escucharlo presentar parte de su portafolio en francés.
Emma, sin más dilación, continuó:
— "Sr. Mario, su presentación ha sido muy gratificante", prosiguió Emma. "Sin embargo, no sé si usted está al tanto, pero nuestra compañía se especializa en ..." Agregó ejemplos de trabajos diferentes a los de Mario. Luego, un silencio incómodo se apoderó de la habitación. El corazón de Mario latía con fuerza. Sabía que este intento desesperado por encontrar empleo en un área que no era su especialidad no sería fácil de superar solo con su habilidad para hablar idiomas.
— Mario intentó formular palabras para justificar su intención de adaptarse al empleo, pero Emma lo interrumpió abruptamente.
— "Gracias por asistir a la entrevista", dijo Emma.
— "Lamento mucho haber tomado parte de su tiempo", expresó Mario mientras se retiraba, su cara totalmente avergonzada, reprimida mientras abandonaba con prisa el edificio.
Al ver que Mario se marchaba con la cabeza cabizbaja, Emma menciono.
— "Tuvimos en cuenta sus datos. Le informaremos si su candidatura logra pasar a la siguiente fase de contratación.
— "Que tenga un buen día", se despidió Emma mientras una mirada furtiva se le escapaba hacia la dirección donde el hombre caminaba.
— "Siguiente" fue lo único que logró escuchar Mario cuando se marchó.
Continuará....
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"Un Amor Extranjero: La Magia del Encuentro"
Romance-"¿Quién Carajos es Mario Sánchez?" Mario Sánchez se encuentra al borde de una crisis financiera, Desesperado por resolver su situación, intenta conseguir empleo en una gran Compañía donde conoce a Emma, la mujer que destruirá su percepción del amor...