Primer libro de una saga basada en los juegos de Pokémon creados por Game Freak. En esta historia, Itachi, un chico que viajó en el tiempo hasta la lejana región de Hisui, deberá unirse al Equipo Galáctico para investigar a todos los Pokémon existen...
Opening: Good Morning World! (Dr. Stone Opening 1)
Justo a la media noche, Itachi y Volo llegaron a las famosas Ruinas Zui, pero cuando intentaron buscar a Kalaba, no la encontraron por ninguna parte.
Esto hizo que el Investigador se abofeteara la frente mientras se regañaba a sí mismo— Por supuesto, Itachi. Ir a buscar a Kalaba cuando ya es de noche y está dormida. Qué gran idea.
Volo se encogió de hombros y después evitó que Itachi se siguiera abofeteando— Bueno, ya ni modo, Itachi. De todos modos, no es seguro investigar las ruinas ni nada por la noche, así que propongo que acampemos aquí hasta que esa anciana despierte.
—¡¿A quién le dices: anciana?! —Itachi y Volo se sobresaltaron al ver que la Guardiana Kalaba del Clan Perla había llegado montada en el Pokémon especial Ursaluna.
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Al verlo, el muchacho no tardó ni un segundo en registrarlo en su cuaderno— Ah, es el Nº901: Ursaluna, Pokémon Turba, Tipo Tierra y Normal. A causa del terreno pantanoso en el que habita, este Pokémon aprendió a controlar la turba a voluntad y también posee un sentido del olfato increíble, útil para encontrar tesoros.
Al escuchar todo eso, Kalaba se bajó de Ursaluna— Si fuiste capaz de registrar tantos datos acerca de mi Ursaluna, significa que debes ser Itachi del Equipo Galáctico, el chico caído del cielo que logró apaciguar a Kleavor.
—¡Pues claro! ¡¿Cómo fue que supiste eso?! —le preguntó nuestro héroe, a lo que la Guardiana respondió— Cualquier problema que haya con los Clanes Diamante y Perla, yo lo voy a saber. Así como sé que a Lilligant, la Reina de las Cumbres, también le dio un ataque de cólera y necesitan la ayuda de Ursaluna para encontrar sus comidas favoritas antes de que sea demasiado tarde.
—¡Exacto! Entonces, ¿vas a dejar que nos ayude o no?
Kalaba negó con la cabeza— No es tan sencillo como eso, niño. Si esto dependiera de mí, claro que lo permitiría, pero la cosa es que Ursaluna no confía en los extraños y, para dejar que lo montes, él te tiene que realizar una prueba.
