Capítulo 2.

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Ahí están, mis tíos y mi primo Manu me están esperando detrás de la valla del aeropuerto de Barcelona. Yo camino hacia ellos, junto con mi maleta, ya que el resto de equipaje llegará a lo largo de esta semana a mi nuevo hogar.

Mi tío es exactamente igual que mi madre, rubios, de ojos azules, altos y elegantes, a la forma de vestir y de ser. La personalidad también es la misma, son muy cercanos con los suyos y muy graciosos.

Mi tía, en cambio es totalmente diferente, morena, de ojos negros, más pequeña de estatura y muy hippie vistiendo, pero su personalidad es encantadora, siempre tiene una buena palabra para el resto del mundo y siempre está dispuesta a ayudar a los que quiere, aunque si no la conoces mucho, parece una persona muy reservada, luego es todo lo contrario.

Mi primo Manu, siempre he dicho que es una mezcla de lo mejor de cada uno, tiene el pelo negro de mi tía y los ojos azules de mi tío y su personalidad es un poco de ambos también, es un chico bastante reservado, pero como yo he dicho siempre, está loco, le encanta hacer bromas y hacer locuras, no le importa la opinión de la gente y vive tranquilo con ello, sin importar lo que el resto piense o juzguen.

Mi relación con ellos, a pesar de la distancia, siempre ha sido muy cercana, todos los días hacíamos una vídeo llamada para poder hablar mientras que nos veíamos, ya que el vernos siempre ha estado un poco más complicado, pero aún así siempre que ellos han podido han venido a visitarnos, sobre todo en cosas importantes como cumpleaños, Navidades o mi graduación. Siempre he dicho que tengo mucha suerte de tener esa relación con ellos, porque al faltarme mi padre, mi tío siempre ha actuado como una figura paterna dentro de lo posible, mi tía nos pasaba dinero cuando necesitábamos, que siempre la devolvíamos y al ser hija única, mi primo siempre ha sido como el hermano que nunca tuve. Desde muy pequeños hemos estado siempre muy unidos, también supongo que afecta qué Manu sea un poco más mayor que yo, eso siempre le ha hecho protegerme de más y querer saber cada movimiento que hago en mi vida, tenemos muchísima confianza por lo que fue el primero en enterarse de cuando Philip me fue infiel.

-¡Mírala tan guapa como siempre!-dice mi tío Antonio sonriendo.

-Hola a todos-devuelvo el saludo.

Uno por uno nos abrazamos, después de tanto tiempo sin vernos.

-¿Qué te has hecho en el pelo prima?-me pregunta Manu mientras me coge las puntas del pelo.

-Un cambio de look, para cambiar de aires.

Antes tenía el pelo rubio, por la cadera y hace una semana me lo corté casi por los hombros y lo oscurecí un poco, sin llegar a ser negro, un castaño ceniza más o menos.

-Pues estás preciosa cariño-dice mi tía Emilia.

-Bueno, vamos a casa, ya tendremos tiempo de hablar de lo guapa que es nuestra sobrina cariño-dice mi tío dirigiéndose a mi tia.

-Además yo tengo una fiesta esta noche, ya os lo dije, es el cumpleaños de Sara-dice Manu.

-¿Quién es Sara?-pregunto.

-Es su novia, llevan un tiempo saliendo ya-dice mi tia.

-Vaya primo, que callado te lo tenías-le digo riéndome.

-Bueno, ya la conocerás-me dice.

-Claro hijo, es más, ¿por qué no te llevas a Cloe a la fiesta?-le dice mi tío.

-No, no es necesario, son sus amigos y además estoy cansada-respondo.

-Si prima, puedes venir, además son todos muy simpáticos-me dice.

-Bueno, lo vamos hablando según pase la tarde y ya vemos-me limito a decir.

Salimos del aeropuerto y ellos me ayudan con el equipaje, caminamos hasta el Ford fiesta negro de mi tío y uno a uno vamos montándonos en nuestros asientos. Manu y yo vamos atrás para ponernos los auriculares y escuchar música en su teléfono, exactamente igual que cuando éramos pequeños.

Me siento bien, estoy a gusto y creo que está decisión me va a cambiar la vida de una forma muy positiva, ya que también teniendo el apoyo de mi familia, todo es mucho más sencillo.

Oigo la música mientras que escribo un mensaje a mi madre para informarle de que ya he llegado y que ya la llamaré cuando llegue a casa y coloque todo. Mientras tanto también observo lo bonita que es la ciudad de Barcelona, desde la ventanilla del coche.

Un golpe de suerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora