El precio de la confianza

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En la destartalada casa de Taerian todo era desorden y cajas con ropa, cacharros de cocina, mantas y enseres varios de bebé. La muchacha estaba preparando su partida y guardando lo que se llevaba.

Se sorprendió al ver que Aelin asomó por la puerta.

_¿Qué haces aquí?_le dijo, dejando caer una manta de las manos_No te esperaba hasta mañana al alba.

La elfa notó el nerviosismo de la muchacha y recogió del suelo la ropa de cama, entregándosela.

_Creo que mañana no podré esc...venir a despedirte_se corrigió Aelin_, así que, al menos, quise ayudarte ahora con los preparativos...¿dónde está Oethel?

Taerian seguía con la manta en las manos sin aclararse dónde ponerla.

_Está durmiendo siesta_respondió_, en la habitación.

_Bien, ¿dónde pondrás todas éstas cosas? ¿En la carreta?

_Eh...pues, bueno...sí, claro, bien ordenado y...

Aelin escrutó el rostro de su amiga.

_¿Ocurre algo?

_No, no te preocupes_sonrió_, son puros nervios del cambio...oye...¿podrías echarle un vistazo a mi hermano? Tengo que ir a casa del herrador para que le eche un vistazo a la mula.

_Claro, ve_le sonrió Aelin_, sin prisas.

Taerian salió de la casa mientras la elfa la seguía con la vista desde la pequeña ventana.

Sus nervios eran normales, claro, pensó. De pronto se había visto sola y huérfana, con la carga de un bebé que dependía sólo y exclusivamente de ella.

En silencio, se dirigió a la habitación donde dormía Oethel. En la semioscuridad por los batientes entrecerrados, el pequeño descansaba plácidamente dentro de una desvencijada cuna de madera, entre gastadas mantas, pero limpias y fragantes por el jabón. Su carita relajada mostraba la inocencia y el desconocimiento de un mundo cruel y duro, difícil e inundado de penurias y lucha por la supervivencia.

Deseó que Eru cuidase de los dos y que nada les faltase allá donde fuesen.

.........

_¿A qué vienes?_le preguntó el hombre_Te recalqué que no debían verte aquí.

_Los planes han cambiado_contestó Taerian_,debe ser ahora. Además viene sola,un punto a nuestro favor.

_¿Ahora? ¿Qué ha sucedido?

_No vendrá al amanecer, no me ha dado explicaciones...de todas formas, entrégamelo y hagámoslo de una vez... quiero acabar con ésta locura cuanto antes y olvidarlo todo.

_Bien_dijo él_, entonces no saldrás con los demás... levantarás sospechas, pero tampoco podemos arriesgarnos a tenerla aquí hasta mañana, la echarán en falta y la buscarán.

_Saldré en cuanto termine de llenar la carreta_dijo la chica_, será rápido, va a ayudarme.

_Bien. Ésto es lo que debes darle_dijo el hombre entregándole un frasco pequeño_, la mitad, bien disuelto, carece de sabor alguno y no lo notará.En cuanto haga efecto, saldremos de Edoras y nos apresuraremos en lo posible.

_Págame antes_le dijo Taerian firmemente_, no hago ésto por ambición, lo hago por desesperada necesidad.

El hombre sacó de debajo de una tabla del suelo un pequeño pero pesado saco y se lo entregó, guardándolo ella bajo su ropa, junto al frasco.

_Ve por detrás de mi casa, no te verán por esa calle_le dijo ella_, dejaré la puerta trasera abierta y entrarás desde ahí hasta la principal. La carreta estará justo en frente, con ella dentro. Dame un poco más de una hora.

ESDLA,una elfa en la CompañíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora