El Dios-Emperador en Multiverso

#31 Cosas inesperadas

#31 Cosas inesperadas

(MC POV, almacén del Emperador, 3 días después del capítulo anterior)

La luz pulsaba por todo el almacén mientras la luz dorada corría a una velocidad que avergonzaría a las naves espaciales más rápidas.

La luz iluminó todo el espacio, mientras daba vueltas y vibraba.

Durante todo este tiempo, se escuchó una risa enloquecida desde la luz, como nunca antes se había visto.

"¡¡¡JAJAJAJA!!!" Me reía de emoción porque era literalmente un dios en mi almacén y podía realizar hazañas casi imposibles.

Sí.

Ese fui yo.

Mis vacaciones se basaban en hacer cosas imposibles.

Mientras corría por el espacio como una furia, vislumbré los territorios que había ganado a través de las opciones de Jumpchain.

Exactamente ciento diez planetas.

Los primeros cien planetas están habitados exclusivamente por humanos, cada uno con su propia biosfera y cultura únicas. Mi poder e influencia llegaron a todos los rincones de esta extensión y todos aquí estaban fanáticamente dedicados a mi causa.

Todos los planetas están perfectamente desarrollados y llenos de numerosos milagros. Palacios celestes, maravillas tecnológicas y una arquitectura impresionante hacen que el paisaje sea encantador. Las ciudades son deslumbrantes, entrelazadas con redes de la infraestructura más avanzada.

Sin miedo a la posesión demoníaca ni a otras amenazas, recreé algunas de las innumerables maravillas de la edad de oro de la tecnología.

Pero para mí, el mayor valor de este sector no son sus recursos ni su tecnología, sino su gente. En estos planetas viven personas que son completamente inmunes a cualquier corrupción y que me son completamente leales.

Su fuerte voluntad y su valentía garantizan que formarán el ejército más elitista de todo el universo. La bimecánica avanzada y el entrenamiento mejorarán sus talentos naturales y los convertirán en guerreros imparables, listos para cualquier desafío.

Miro la impresionante fábrica genética gótica. Cada habitación tiene techos altos, llenos de cintas transportadoras que fluyen a través de un intrincado laberinto de maquinaria y tecnología.

Son mis propios marines espaciales así que pude industrializar el proceso tanto como quisiera. A esto contribuyó el hecho de que todos los habitantes humanos del almacén eran completamente compatibles con mi semilla genética.

Un poco más y estaré implantando la semilla genética en casi cualquier cosa.

Siempre me he preguntado cómo se verían los perros o gatos con la semilla genética o, mejor aún, cómo se verían los dragones y los orcos con la semilla genética.