Jungkook observaba con ojos críticos, cómo el regalo de cumpleaños que le daría a Taehyung estaba siendo colocado en su lugar. Había mucha gente en el enorme salón, y era un poco caótico, con todas las celebraciones que tenían lugar. A la derecha, Jimin se apoyaba en su amante soldado, ambos enamorados. Al otro lado de la habitación, Jungkook podía ver a Jisoo coqueteando con Namjoon, de todas las personas, no lo resultaba desagradable o indeseable al joven hombre.
Jungkook frunció un poco el ceño. Tendría que prestar atención a su hermana. Desde que llegó a los quince... El mundo no estaba preparado para ella. Había sido una bendición saber que no había sido objeto de abusos durante su esclavitud. Ella había sido la compañera a una chica noble y nunca había sufrido ninguna crueldad. Jungkook daba gracias todos los días a los dioses por eso.
Jungkook mantuvo un ojo en los hijos de Taehyug—sus hijos— que corrían de aquí para allá entre la multitud, persiguiendo a otros niños. Estaban empezando a quedar fuera de control. Jungkook tenía que intervenir...
Una gran mano bajó y detuvo al hijo mayor en su camino. Él miró al rostro de su padre y cedió un poco. Jungkook vio a Tae decirle algo al niño, luego el emperador sonrió y se inclinó para besar la parte superior de su cabeza despeinada. El chico asintió, sonriendo con cariño a su padre antes de correr a una velocidad más lenta, para luego, llevar a su hermano de la mano junto con los otros niños. Desaparecieron en la habitación contigua para comenzar otro juego, sin duda, más seguro.
Su energía era sorprendente.
Taehyung levantó la mirada, encontrando los ojos de Jungkook y le dio un guiño pícaro. Jungkook sacudió la cabeza, pero estaba sonriendo, no obstante. El palacio estaba lleno de ruido de vida y felicidad, y resonaba en Jungkook y en aquellos que lo rodeaban.
Tantas cosas habían cambiado, crecido y mejorado en Tranaden en los últimos tres años, como si la fuerza de sus líderes, su amor, dedicación, se extendiera a través de la tierra. Otros países, incluso Astoria, se volvieron más conscientes de la posibilidad de alcanzar la verdadera paz y del atractivo del comercio con la ex temida Tranaden cuando vieron a su líder tan feliz, aunque todavía inaccesible.
Sin embargo, el consorte, era un hombre que hablaba de frente, pero agradable, y contaba con el apoyo del emperador. Jungkook se había vuelto extremadamente bueno en las relaciones públicas y formó un equipo de diplomáticos para mantener un ojo sobre los posibles aliados y amenazas, a menudo solucionando el problema de raíz antes de que el emperador, incluso, tuviera conocimiento de ese hecho.
Pero todo esto estaba muy lejos de la mente de Jungkook en ese momento. Hizo un gesto para Taehyung, tirando hacia abajo a su emperador para un beso que tuvo a la multitud aplaudiendo y silbando de una manera indigna para los de sangre noble. Taehyung ni siquiera tuvo la decencia de ruborizarse. Simplemente sonrió y alzó a Jungkook contra su cuerpo acariciándolo de tal manera que dejó el hombre más joven ruborizado y sin aliento.
Liberándose, Jungkook palmeó a Taehyung para salvar las apariencias, manteniéndolo a raya —al hombre malo—, entonces tomó la mano del emperador y lo llevó dónde los hombres estaban colocando el regalo de cumpleaños en su lugar.
Jungkook y Taehyung estaban juntos con las personas a sus espaldas, mirando cómo la pintura era colgada en su lugar de honor, al final de la hilera de retratos, el más nuevo que añadir, pero nunca el último.
Taehyung atrajo a Jungkook frente a él, su espalda apoyada contra su pecho, rodeándolo en un abrazo íntimo, sintiendo el mutuo afecto y amor.
Sobre ellos, la pintura era brillante y nueva. En ella, Taehyung—en uno de sus uniformes oficiales y botas altas— fue retratado sentado en el trono, las piernas separadas en su habitual pose informal, con el rostro sereno y frío.
Pero sus ojos eran claros, con sólo un poco de sombra, y la insinuación de una sonrisa en la esquina de sus labios carnosos. Su mano izquierda cruzada a lo largo de su pecho sostenía los dedos del hombre uniformado detrás de él, un hombre con el pelo rizado y ojos castaños había sido retratado con una sonrisa en los labios y el amor en sus ojos. En su cuello, audaz y evidente, tenía el tatuaje de un estilizado lobo.
Una hermosa inscripción en bronce colgaba a un lado del nuevo retrato y decía:
Emperador Kim Taehyung IV con su consorte, Jeon Jungkook, El Lobo del Emperador.
Eso ciertamentemerecía un beso.
Espero que hayan disfrutado esta linda y corta historia, me avisan si encontraron errores que a mi se me haya pasado en la edición.
Chau y besos!
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ɛʟ ɛʍքɛʀǟɖօʀ ʏ ֆʊ ǟʍǟɖօ ʟօɮօ | ȶǟɛӄօօӄ |
FanficJungkook anhela encontrar a su hermana, a pesar que está atrapado en las cadenas de la esclavitud. Cuando es entregado al hombre que conquistó su país, se encuentra cautivo en su propio odio y, sin embargo al mismo tiempo, fascinado por el misterio...