Amado por los dioses (Quackity bow)

✾ cap 9 ✾

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Renacimiento en la Tempestad
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✳¡Jajaja, adivinen quién no encuentra la USB con los capítulos! Exactamente, ¡yo! Quiero llorar. Así que aquí me tienen, reescribiendo todo lo que recuerdo y añadiendo nuevas cosas. Aunque es corto, tengo que reescribir muchas partes, pero la idea es hacer que los capítulos sean más continuos.

gracias por tu apoyo personita linda.

_┣¨ antes de leer esto ten en cuenta algunas cosas:

1- es la perspectiva de la Wilbur.

2-contiene temas delicados que incluyen:

 ❖ *vi0lencia

❖ *Maltrat0

❖ *Temas fuertes

 ❖ *Consumo de Dr0gas

❖ *Traf1c0 de personas

❖ * Entre mas cosas

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[???] Gruñó con una furia que parecía latir en cada palabra, llamando mi atención, pero no comprendía del todo su reacción. Sin embargo, cuando aquella figura emergió de detrás de la espalda de Jschlatt, todo encajó. Fue entonces que entendí por qué lo llamaba "ángel".

Era una visión sacada de un sueño.

Un aura de belleza inalcanzable lo rodeaba. Sus ojos, almendrados y oscuros, contrastaban con su piel blanca como la luna, matizada con delicados toques rosáceos. Sus labios, esponjosos y de un color melocotón, parecían pedir un beso, mientras que su cabello negro caía en ondas perfectas, enmarcando su rostro. Pero lo que más me atrapó fueron esas alas, con un brillo y pureza que eclipsaban incluso el oro más resplandeciente.

Cuando nuestras miradas se encontraron, sentí como si mi corazón se deshiciera en una oleada de emociones. Era como si todo mi ser hubiera sido tocado por una chispa de magia. Nos miramos durante largos minutos, compartiendo un diálogo silencioso que parecía decir más que cualquier palabra.

Finalmente, Jschlatt rompió el hechizo con una simple declaración: quería que él se quedara. Sin apartar la vista, tomé mi carpeta y, con manos temblorosas, recogí unos papeles de improviso. Anoté sus datos con una determinación renovada, incapaz de apartar la vista de ese ser que parecía un regalo del cielo.

Dos horas después, él ya era parte de nuestra nación.

Desde aquel día, me encontraba con él de manera continua. Su amabilidad era inigualable, una cualidad que lo distinguía en un mar de indiferencia. Era tan amable y delicado que parecía un rayo de luz en medio de la oscuridad, una presencia que nadie podía evitar amar. Cada encuentro con él era un recordatorio de la belleza de la vida, de lo que podía ser el mundo cuando alguien como él estaba cerca.