Prólogo.

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Era un día helado, húmedo, todo indicaba que pronto llovería.
El delgado y pequeño joven se dirigía hacia aquella heladería que tanto lo llenaba de recuerdos.

Entró por la puerta principal, como de costumbre, y se ubicó al final de la fila. Miraba esos rostros despreocupados delante de él, era un día como cualquier otro, en un lugar trivial, pero su mente lo llevaba lejos de ahí.

Rápidamente miles de pensamientos estallaban como fuegos artificiales, uno tras otro, sin alcanzar a terminar de ver uno en su magnitud. Otro se superponía con colores que lo cegaban y enmudecían.
Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar su nombre de quién deseaba entregarle su pedido. -"¿Louis?"- Se volvió a oír.

El escuchar su nombre en voz alta, pronunciado por un desconocido vendedor de helados aún le inquietaba, por no decir que aún le parecía sumamente raro. Asintió ligeramente con su cabeza y se dirigió con lentitud hacia aquella mesa que lo esperaba como un testigo silencioso de lo que su mente y recuerdos guardaban.

Se sentó y contempló el helado por largo rato, hasta que los primeros trozos empezaron a deslizarse por la copa transparente.Trató de levantar la cuchara para detener el inevitable derretimiemto de la vainilla sobre el chocolate, pero un sollozo incontenible le sacudió los hombros con fuerza.

Escondió la cabeza en el gran cuello del grueso y tibio abrigo que lo cubría, y se quedó ahí, por un largo rato suspendido en el tiempo. Hasta que frente a él, sólo un dulce líquido salpicado por chips de chocolate, lo acompañaban en un pensamiento:
"Si hace un año alguien me hubiera dicho que estaría en esta mesa, comiendo helado y sintiendo lo que siento, JAMÁS lo hubiera creído. Simplemente, era HUMANAMENTE IMPOSIBLE."

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⏰ Última actualización: Jun 18, 2015 ⏰

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City of angels. (LS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora