Aquel sentimiento de nerviosismo se encontraba sobre ella, la bella tela koral en su cuerpo, los diamantes relucientes defini.
A pesar de que esos pasos ya se habían vuelto costumbre, siempre llegaba ese sentimiento a ella, las manos sudorosas, la duda en que palabras decir, como portarse.
Le asiente a su compañera de vida quien le sonreía dándole valentía, sus manos toman la pequeña caja con hermosas incrustaciones de diamantes para tomar ese camino que ya era bien conocido.
Había pasado horas tras horas preparando lo más rápido posible ese regalo, buscando la piedra correcta, los encajes perfectos, el dibujo que asemejara el porte de su prometido.
Por otro lado el Bey hacia que los minutos se volvieran menos pesados, que los segundos se esfumaron mientras entablaba una conversación, una que no tenía toda su atención.
Sus ojos estaban en ese largo camino para otros y corto para ellos dos, los días junto a su compañía había hablandado ese corazón de piedra y esa postura firme.
Sus ojos obscuros captan el andar tan dulce de su prometida, de la mujer que cambiaba cada vez más más vida, no pide permiso ni aprobación para alejarse dejando con la palabra en la boca a Nasu Efendi.
Trata de guardar la compostura, esas ganas de querer tomarla de la mano y salir corriendo. Ambos logran mirarse a lo lejos mientras sus pasos se aceleraban inconscientemente.
La damisela no es la única que esconde entre sus manos algo para él, alguien también tenía algo preparado para ella.
Al terminar ese largo recorrido el aroma de cada uno impacta con el otro causando esa sensación tan necesaria de querer más, sus ojos suben y bajan unas cuantas veces, la timides se apoderaba de cada uno.
— Sultana.. — se inclina con la sutileza que lo corresponde.
— Malkocoglu.. — forma un ladeo con una pequeña sonrisa.
El silencio los opaca, no sabias que decir, como decir.
— ¿Iras con mi padre? — rompe ese tortuoso silencio.
— Así es, iremos de caza junto al príncipe Cihangir.
— Me encantaría acompañarlos.. solo Alá sabe cuanto quisiera acompañarlos.
— Estoy seguro que si va con su majestad, no se negara a su pedido.
— Ya lo intente.. quiere que me relaje por la.. — toma el aire necesario para terminar su frase — por la boda.
— Si lo desea sultana a mi regreso podemos practicar con las espadas en el jardín.. — logra ver ese brillo aumentar, sus ojos miel le resultaban tan hermosos.
— ¿Es enserió Bali Bey?
— Sus deseos son órdenes para mi sultana.— sus ojos se sonríen mutuamente, se sentían tan bien acompañarse — Con su permiso alteza debo marcharme, nuestro Sultán me esta esperando..
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𝑼𝒏 𝑷𝒂𝒔𝒐 𝒂𝒍 𝑨𝒎𝒐𝒓 | 𝑴𝒂𝒍𝒌𝒐𝒄𝒐𝒈𝒍𝒖 𝑩𝒂𝒍𝒊 𝑩𝒆𝒚 | TERMINADA
Фанфик~ 𝑬𝒍 𝒉𝒆𝒄𝒉𝒐 𝒅𝒆 𝒕𝒆𝒏𝒆𝒓𝒕𝒆 𝒄𝒆𝒓𝒄𝒂 𝒚 𝒏𝒐 𝒑𝒐𝒅𝒆𝒓 𝒕𝒐𝒄𝒂𝒓𝒕𝒆 𝒄𝒐𝒎𝒊𝒆𝒏𝒛𝒂 𝒂 𝒅𝒆𝒔𝒆𝒔𝒑𝒆𝒓𝒂𝒓𝒎𝒆, 𝒄𝒐𝒎𝒊𝒆𝒏𝒛𝒐 𝒂 𝒄𝒂𝒆𝒓 𝒂 𝒕𝒖𝒔 𝒑𝒊𝒆𝒔 𝒚 𝒆𝒔𝒐 𝒎𝒆 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒗𝒐𝒍𝒗𝒊𝒆𝒏𝒅𝒐 𝒍𝒐𝒄𝒐. ~ 𝔈𝔰𝔱𝔢 𝔩𝔦𝔟𝔯...