A veces es necesario.

Hola. Buenas noches, ¿Cómo están? Espero que excelente o al menos digerible. Aquí con un one-shot Supercorp.

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Lena salió a su balcón. Tenía la mejor vista de la ciudad.  Se lo propuso y aquí estaba. Intentando ser la mejor versión de ella. Aunque los medios recalcaran su apellido con una malicia igual o peor que la de su hermano.

Cuando no funciona con uno. Hay más peces. Luthor, ¿Qué estará dispuesta a hacer por el corazón de una rubia?

Se podría decir que tenía demasiado. Pero no sé puede, todo.

Ser quien es... Estar donde estaba... Hacia que la confianza en los demás, estuviera siempre en un hilo delgado.

"Termine temprano." Penso. Un suspiro se le escapó. No era fan de las alturas, así que se concentro en el azul del cielo.  Las nubes andaban lento y brillaban. Sintió paz por unos minutos. Una imagen de Kara apareció en su mente. Sonrio entre lágrimas. Guardar tanto, hacer que las emociones sean más complejas. A veces.

Dió la vuelta. Con su mano intento ahogar el llanto. El whisky resaltó, y un dolor en el corazón. "Mierda", bufó antes de encuclillarse. Está semana había sido... Demasiado. Está vida, era demasiado. ¿Era difícil para la vida darle un retiro de tanto?

—Lena, ¿Qué te duele? ¿Quieres ir al hospital? —pregunto una chica con un traje distintivo.

Lena, nego. La vergüenza se apoderado de ella, la súper tenía mejores cosas que atender, pero como siempre estaba pendiente y dispuesta a tenderle la mano.

—Solo es un día... de eso sabes. Tontos. Es un día tonto. Yo soy una tonta. —El nudo en su garganta era incómodo y decidio resumir. Pero ella parecía tonta con esa explicación sin sentido.

La súper que hasta ahora había mantenido la calma y su distancia. Suspiro. Admiro el cambio de la tarde a la noche estrellada que abría hoy.

—¿Puedo cargarte en brazos y llevarte a un lugar? —Pregunto dudosa. Sabía que le aterraba imaginarse eso, pero este no era el lugar para nada y parecía que había  mucho.

No lo pensó mucho la pelinegra, soltó un "Sí". Pero sin moverse demasiado.

—Confia en mí. —Dijo Supergirl ayudándola a pararse y abrazándola con ambas manos, al ver que Lena se aferró a ella. Se quito el comunicador y lo rompio. Echo una visita rápida y vio el teléfono de Lena al lado de su laptop; así que procedió a separarse del piso despacio.

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—Amo volar, ver el cielo y no pensar en nada más. A veces una hora parece poco. Pero no puedo huir de mis responsabilidades tanto tiempo.

Hablo la kriptoniana, no tanto para romper el silencio. Quería ser lo más honesta, su corazón le decía que era el momento... Que todo saldría bien. Así que tiro la moneda al aire. Esperando lo mejor.

—Me gusta ayudar. Aunque hay gente que agota. Más Rao me dió otra oportunidad aquí, y encontré la forma de dar gracias.

—No le debes nada a nadie. Ni siquiera sabían que existias. —Murmuro Lena quien se acomodo entre los brazos de la rubia, que solo sonrió al ver sus ojos.

—Tal vez. Pero mi corazón dice que está bien. Kripton murió, y yo ví todo pasar. Tenía 13... Mi familia, amigos y gente no tuvieron la oportunidad que mi primo o yo tuvimos ese día. Pero antes de cantar victoria mi nave impacto con el pedazo de algún edificio... Y termine dentro de un agujero se gusano... Kal-el tenía 22 cuando la vida al fin me saco de ahí. Pero mi misión, no tenía sentido. Y él me abandono antes de explicar nada.