Año 3 - 41.

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—"¡Ahh, venid a ver el espectáculo!"— sonrió Draco con la voz un poco más alta de lo habitual y mareado por la emoción. Observaba a Ninomae que descendía decidida por la pequeña colina, con los ojos entrecerrados mientras ella misma parecía dispuesta a matar.

—"Pequeña rata asquerosa, repugnante y desalmada. Esta vez sí que lo has conseguido. Te has superado a ti mismo".

Astrid sabía lo que había colina abajo. Sabía lo que habían venido a ver. Aborrecía absolutamente sus motivos. Los aborrecía absolutamente.

Allí, al pie de la colina, junto a la cabaña de Hagrid, yacía el hipogrifo blanco del que habían aprendido en su primera clase de Cuidado de Criaturas Mágicas. Estaba encadenado al tocón de un árbol, metido en sus asuntos, sin sospechar que aquellos eran los últimos momentos de su vida. A Astrid se le revolvió el estómago.

—"¿Y dónde está tu tercer secuaz?"— por el rabillo del ojo, Astrid vio a Theo hacer una pequeña mueca de ofensa al ser llamado secuaz de Malfoy. Pero en ese momento a la chica no podía importarle menos. —"¿Acaso Crabbey tenía el corazón débil para ver LO QUE HAS HECHO?"— empezó con un ronroneo pero su voz se fue intensificando poco a poco.— "¡¿No ha podido soportar ver que has MATADO a un animal inocente?!?".

De hecho, Crabbe no había venido exactamente por esa razón. La violencia podía soportarla, pero ver una cabeza cortada de un golpe no era exactamente de su agrado. Así que se había inventado la mentira de que se encontraba mal.

Astrid estaba sola frente a los tres chicos. Estaba furiosa. Los otros tres parecían divertidos.

La chica había pedido a sus compañeras que la acompañaran en cuanto se enteró de que la ejecución era ese día. Por supuesto, se lo había estado insinuando a Malfoy durante todo el curso y, en cierto modo, se lo esperaba, pero ahora que había sucedido, lo único que quería era hacerle entrar en razón. La chica había pedido a sus compañeras de cuarto que la acompañaran en su búsqueda de venganza, pero todas se habían negado.

Tracey les había explicado que nadie en su sano juicio iría tan abiertamente contra los Malfoys. A lo que Astrid se había burlado, diciendo que ella lo había estado haciendo durante años y que estaba bien y que todos ellos eran unos cobardes. A lo que no había obtenido respuesta, salvo una molesta mirada cómplice entre Rosier y Tracey.

Y supuso que se veía un poco estúpida, parada allí sola de esa manera. Pero a la chica le daba igual. Era capaz de darle una paliza a Malfoy ella sola.

—"Sabía que te encantaría mi sorpresa", —estaba radiante el rubio. A la asquerosa cucaracha el acontecimiento le parecía excitante.

—"¡¿No sientes ningún tipo de remordimiento por haberte quitado una VIDA?!" —estaba indignada. No podía creer que realmente tuviera que estar teniendo esta conversación. Era ridículo y justo en ese momento cualquier lástima o remordimiento que hubiera sentido hacia el chico se había desvanecido.

La chica creía que Malfoy se merecía todo lo asqueroso que su vida le deparaba.

Astrid sacudió la cabeza lentamente al ver que él se limitaba a sonreír burlonamente y a mirar a sus amigos detrás de él como respuesta. —"Eso es bajo, Malfoy. Incluso para alguien con tu moral, eso es jodidamente bajo".

—"Como si..."

—"No me extraña que todo el mundo te odie. Eres tan despreciable como tu padre".

El padre de Astrid no le había contado mucho sobre cómo había sido su relación con el mayor de los Malfoy, pero ella sabía que no tenía muy buena opinión de él. Y si Eric odiaba al mayor de los Malfoy, Astrid también. Sin olvidar que él era la razón por la que Buckbeak iba a ser ejecutado. A ella le parecía justo usar semejante insulto.

Sólo eran niños [Draco Malfoy]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora