Sidestory - DimaCao (Part V)

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N/A: Cómo prometí: ACTUALIZACIÓN DOBLE :D

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Macao entró a la oficina de Dmitri con una sensación de urgencia que no podía explicar. Había abandonado el Samyan tan pronto como Sasha apareció diciéndole que debía volver al Fitz, no sólo para reunirse con Dmitri en las oficinas, sino para regresar a su suite. 

Pese a las preguntas que le había hecho al guardaespaldas, no recibió una sola respuesta que disipase sus dudas. En silencio, había subido a la Cullinan que ya esperaba por él en el estacionamiento; teniendo que tolerar el sepulcral silencio de Aleksandr que no hizo más que ofrecerle una botella de agua y algo de música en los alto parlantes del vehículo. 

—¿Miti?, ¿Pasó algo? —Preguntó tan pronto como la puerta se cerró tras él y estaban sólo Macao y Dima en la oficina del segundo. Dmitri estaba sentado detrás del escritorio, un codo puesto en la superficie de madera y los dedos tirando de su labio inferior. Vestía un traje de color gris claro, de camisa blanca con los primeros dos bontones deshechos debido a la usencia de corbata y una expresión reflexiba ataviaba su rostro. 

—Babi… —Pronunció mirando hacia su costado, dubitativo. —¿Lyosha te dijo que vendría a verte? —El cuestionamiento descolocó al chico sobremanera, quien frunció el entrecejo negando con la cabeza. El corazón se saltó un latido y una ominosa sensación los invadió de repente. 

—No… —Respondió en voz baja aproximándose lentamente al escritorio, pero la palma que Dima elevó en el aire lo detuvo a medio camino. 

—Siéntate allá. —Murmuró sin mirarlo, señalando el sofá que se hallaba a algunos metros de distancia en posición perpendicular al escritorio. Como magia, un nudo se formó en la garganta de Macao. Consternado, obedeció la petición del otro sentándose tímidamente en el asiento, con la espalda recta, los labios separados y el ceño fruncido.

—¿Qué sucedió? —Inquirió en voz baja frotándose las manos en un intento por apaciguar sus emociones. No tenía idea de qué estaba pasando. 

—Lyosha viene para acá. —Sentenció para luego morder la punta de su lengua. Seguía sin mirarle, pero Macao enseguida notó que no estaba siendo evitativo, sino que estaba sumido en sus cavilaciones, como si tuvieran una conversación consigo mismo y su diálogo interno lo tuviese cautivo.

—¿En cuánto tiempo? —Su pregunta fue lanzada con impaciencia y alteración. Por supuesto que no eran buenas noticias y sus nervios se crisparon inmediatamente. 

—Ya está aquí. —Dmitri lo miró por primera vez mostrándole los dientes al tiempo que inhalaba. 

—¿Y apenas te enteras? —Increpó, descolocado y un poco molestó. No sabía cómo, pero Dmitri parecía saberlo todo y era extraño que de esto no se hubiera enterado. 

—Se salió en la madrugada y tomó un vuelo comercial. —Hablaba en voz baja y su estado reflexivo de hiperalerta continuaba. —Sus hombres tardaron varias horas en encontrarlo. Todos asumimos que se había escapado a alguna fiesta… —Se interrumpió a sí mismo y Macao usó el silencio para tratar de procesar lo que estaba aconteciendo. Le dolía la barriga y su cabeza giraba por momentos. —Macao… —De pronto, su nombre en la voz de Dmitri le sonó ofensivo y asqueroso, abrió la boca y elevó las cejas, incrédulo. —¿Cuándo fue la última vez que hablaste con él?  

—Ayer. —Masculló tomando una bocanada de aire. 

—¿Te dijo algo raro? 

—No… —Contestó con inseguridad; porque si bien no le había dicho nada raro, los últimos días, durante sus llamadas se lo notaba relativamente curioso, pero no lo suficiente como para encender sus alarmas. 

¿Te Conozco? (KimChay +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora