Capitulo 2Los orbes azules miraron con calma a las criaturas frente a el.
"Vamos niño, exorcisa esas cosas", un hombre de cabello negro hablo, están a varios metros lejos de un naruto de cuatro años.
"Esta bien", el pequeño rubio levanto su mano, en un instante las criaturas monstruosas fueron aniquiladas por completo.
"Asi se hace mocoso", vitoreo el hombre con alegría.
"Ja, ahora vamos a cobrar la recompensas de ese millonario", grito el hombre.
Naruto sonrió, esta feliz de ser útil.
"Claro, Yoi-san", el pequeño camino hasta el hombre.
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Lentamente los orbes zafiro observaron con apatía a la cantidad ridícula de monstruos frente a el.
"¿Cuántos son?, ¿50?, ¿100?", el rubio no parecía realmente interesado en la cantidad de criaturas.
"No importa", levantando lentamente su mano derecha, extendió su dedo índice y medió.
"Técnica ritual: mini Razenshuriken", susurro, una esfera de energía se formó en la punta de sus dos dedos, al cual fue rodeada de viento forma cuatro cuchillas que giraban a una inmensa velocidad.
Al terminar de formarse la técnica, el rubio estiró su brazo hacia atrás, y teniendo el impulso necesario, lanzó su brazo hacia adelante, disparando su técnica ritual, y en un segundo, todas las criaturas fueron partidas por la mitad con suma facilidad.
La esfera de energía se disipó cuando corto al último monstruo.
Dejando salir un suspiro, los ojos azules miraron a la luna en el cielo.
"No te preocupes viejo, cumpliré el sueño que anhelabas", bajando la mirada, metió sus manos en los bolsillos, y comenzó a caminar, para salir del lugar donde estaba.
"Y CREARÉ UN MUNDO SIN MALDICIONES, UN MUNDO EN EL QUE TODOS SEAN FELICES", fueron las palabras que salieron de su boca con total convicción.
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"Asi que el es el recipiente de sukuna", susurró el ojiazul, mirando a un chico de cabello rosa, el cual se encontraba junto a otro pero de cabello negro, y, las cejas de Naruto se alzaron.
"Nobara", comento, no estando realmente sorprendido de ver a la chica que había salvado días antes.
Los tres adolescente se encontraban frente a una petineciaria, mientras conversaban con un tipo de traje.
"¿Enserio enviaran a unos niños para encargarse de un categoría especial?", se pregunto, sus ojos se estrecharon, y su miradas quedó fija en el chico de cabello rosa.
"Esos idiotas de los altos mandos, realmente creen que son más listos que el resto", comento divertido.
"Pero poner en riesgo la vida de inocentes solo por un capricho", su ceño se profundizó.
Pero tuvo que parar sus pensamientos, ya que el trío de adolescentes comenzaron a caminar hacia el edificio.
"Esto es trabajo para los fuertes", comento, y con eso, desapareció en un parpadeo.