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Almas gemelas; Adoraba ese cliché tan hermoso y enigmático.

Cuando Robby cumplió dieciséis se pregunto si su alma gemela ya tendría algunas palabras escritas en su mano para él.

En su cumpleaños no hubo ni una palabra...

Su madre, que estaba por milagro presente le dijo que talvez su alma gemela no tenía la edad todavía.

En ese momento el le creyó a su madre, hasta que se dió cuenta que había personas que no tenían alma gemela, o que eran tan grandes que las edades no coincidían y se volvían platónicos.

Ahí acabo su ilusión de tener un alma gemela.

Por obras del maravilloso destino se dió cuenta que aún tenía oportunidad de tener una cuando en un día de clases, exactamente un diecisiete de Junio apareció una palabra en su mano

"Hola, Hoy acabo de cumplir dieciseis"

Contiene la respiración y se queda quieto observando las letras aparecerse en su piel, se siente tan irreal que lo deja pasmado, sonríe y no le importa si alguien de sus compañeros lo ve raro.

Su alma gemela solo era cuatro meses menor que el; tenía esperanza.

"Soy Robby" — Escribe agarrando un bolígrafo de su lapicera y escribe en el mismo lugar donde las palabras se han desaparecido

"Bonito nombre, Soy Miguel"— Es la respuesta que recibe, y unas simples letras no lo deben hacer sonrojar, esperen...su alma gemela era un chico.

Nah, como eso le importará.

Aunque, luego piensa en la reacción de su padre, aunque esta seguro que Johnny Lawrence no tiene alma gemela, su padre se lo pierde.

"Feliz cumpleaños Miguel♡"— ¿Habrá sido muy apresurado poner un corazón? Intenta borrar la tinta pero está se borra de inmediato en su piel, muy tarde, su alma gemela ya ha visto ese corazoncito

"¿Eres de Los Angeles?"— Encerio se quiere salir de la clase.

"Si, de Reseda, ¿Y Tú?"— Está nervioso, su pierna empieza a moverse de arriba a abajo 

"Tambien:)! ¿Podemos hablar en la noche?"— Al igual que esa carita sonriente el está sonriendo

"Seguro Miguel"— Está un cien porciento que está en las nubes, desde ese momento no pone atención en la clase, solo se concentra en la carita sonriente que le acaban de dejar y se no se ha borrado

Hasta la hora del almuerzo rememora que su alma gemela es de Reseda, eso significaba que muy probablemente estaba estudiando en la misma escuela que él, ahora la incógnita era ¿Cuál era el apellido de su alma gemela?

Piensa que Miguel es nombre latino, ¿Hernández? ¿Martinez? ¿Gonzáles?

¡Que difícil!

Esa misma noche obtiene su respuesta; Miguel Díaz, claro sonaba correcto ahora.

Se durmió tarde hablando con el chico.

[...]

No sabe porque tiene un bolígrafo para ir a ver a su padre, pero anota el nombre del dojo de su papá en su piel cuando observa feliz y ansioso por ver al rubio, su mamá le ha dicho que su papá quiere que viva con él, eso lo emociona

Camina con patineta hasta que observa a su padre, abrazando a otro niño, sus ojos se empiezan a humedecer hasta que unas palabras aparecen

"Ese es el nombre de mi dojo"— Alza la mirada con los ojos nublados de lágrimas que aún no se derraman y observa a ese chico menudo que lo ve con una sonrisa de oreja a oreja, en su brazo sostiene un Gi que el conoce bien

—¿Robby?— La voz de su padre lo llama y el como si fuera en automático camina en dirección a ambos hombres—¿Que haces aquí?

Sabe que su padre está preguntando algo, no le interesa.

Su vista está fija en Miguel, que lo ve con esos ojos de siervo y una sonrisa con brackets.

—¿Robby Keene?— Se quería desmayar al escuchar su nombre de su alma gemela

—Si, ¿Miguel Díaz?— Musita agarrando con fuerza su patineta, lo único que lo detiene a no caerse y verse como un tarado, necesita esa confirmación de que es ese Miguel con el que ha hablado en las últimas semanas

Un asentimiento y una sonrisa deslumbrante es lo que recibe, derrepente olvida su tristeza y sonríe de igual manera, ambos chicos ignoran a Johnny que observa la interacción confundido

Ni padre ni hijo esperan que el latino se acerque al ojiverde y abracé con fuerza que lo levanta del suelo durante unos segundos.

Las mejillas de Robby se tiñen de un rosa que llega hasta la punta de sus orejas.

—Eres mi alma...— Musita nervioso, no se aparta de los brazos del otro chico 

—Gemela— Completa Miguel escuchando un jadeo, los adolescentes observan a un rubio muy pálido—¿Está bien Sensei?

Robby observa a su padre verlos en shock.

—¿Te vas a desmayar Papá?— Pregunta, Miguel ante eso se aleja de él

—¡¿Es tu papá?!

Casi se le sale decir un: "Lastimosamente si", pero vio que Miguel abrazo a su padre con cariño.

—Si.

Miguel suelta una risa nerviosa.

—Tienes que conocer a mi mamá.

Ahora es Robby quien ríe nervioso y observa los bonitos ojos marrones del otro.

—Seguro.

Se ven fijamente como tratarán de memorizar se cada curva, expresion, detalle de sus rostros

Que forma tan curiosa de conocer a tu alma gemela.




Tinta del almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora