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En toda la clase no pudo evitar mirar a Neptuno, hasta su nombre era hermoso. Todo en ese chico que estaba sentado a su lado era perfecto, sus ojos brillantes, su cabello ondulado y bien cuidado que llegaba un aroma a fresas. Simplemente muy agradable.

Por mas que intentara, no podía prestarle atención a la clase, la belleza de su contrarió le había cautivado en cuestión de segundos. Estaba tan metido en sus pensamientos, pero el chico le saco de estos.

── Hola ¿Tienes color gris queme prestes? ── Hablo con su voz amable mientras tenia su mano en el hombro de Urano, pues anteriormente le estaba dando unas palmaditas en este para captar su atención.

── Eh.. Oh, si tengo, espera. ── Rápidamente saco sus colores y empezó a buscar el color gris, tardo un tanto en encontrarlo porque estaba hasta el fondo. ── Aquí tienes ── Le sonrió con un tanto de nervios mientras le extendía el color.

── ¡Gracias! ── Tomo el color y nuevamente siguió pintando como ya hacía hace unos minutos atrás.
Urano suspiro tontamente ¿Estaba enamorado? Pero apenas le había conocido.. Oh quizás solamente era atracción por su belleza, no tenía la mejor idea.. Bueno, Neptuno no era el unico lindo, habían otras 2 personas; Venus y Saturno.

Venus era lindo, tenía el cabello largo y muy bonito, su piel canela era hermosa y sus ojos rojizos le daban un toque perfecto.

Y Saturno, bueno.. El si era bastante bello, aparte de que tenía una hermosa personalidad y si tenía una pulsera con tu nombre en su muñeca, eres alguien especial para el. Y por cosas del destino, Saturno tenía el nombre de Urano en una pulsera puesta en su muñeca.

Urano aun seguía algo atontado por Saturno, tenía que admitir que sus sentimientos aun brillaban aunque fuera muy leve. Pero Saturno no era suyo, no era para el, era para Júpiter y se miraban tan felices juntos que dolía, seguia doliendo.

Pero si estaba tan enamorado de Saturno ¿Porqué derrepente sentía algo por Neptuno? Es.. Complicado de explicar, sentía las mismas cosas como cuando estaba enamorado del de las pulseras. Era tan raro que no podia describirlo. Simplemente podría decir "una montaña de emociónes".

Ya había pasado una hora y media, significaba hora del almuerzo. La hora mas odiada de Urano ¿Pero porqué? Simplemente porque ahí también se sentaba solo y nadie le acompañaba. Añadiendo que aveces le dolía el ver como todos tenían a sus amigos y el estaba completamente solo.

Con los ánimos hasta los pies salio del aula y fue a su hermoso lugar, una banca en lo profundo del patio con un árbol, perfecto para la persona solitaria que era.

Abrió su almuerzo, era fruta; para ser exactos, uvas y una que otra fresa. No le gustaban mucho las fresas pero se las comía a pura fuerza. Suspiró pesadamente y se llevó una uva a la boca, sus favoritas. Miraba sus pies con desánimos.. Pero no se percató que alguien llegaba de lo lejos al sentarse junto a el.

── ¡Hola! ¿Puedo comer contigo? ── Pregunto aquella persona que apenas había llegado del lugar.

El de las uvas volteó su mirada para divisarlo, era Neptuno, de apodo.. "El niño bonito". Sus mejillas se ruborizaron de tan solo verle, al estar comiendo asintio con la cabeza. Neptuno agradeció y tomo asiento al lado de el.

── Sabes, la clase de la maestra de Historia es muy aburrida, lo único que me gusto fue cuando se acabó. ── Decía el "niño bonito" con una manzana en su mano para luego darle un mordisco.

── Ehh.. Si, suele ser aburrida aveces, creo que solo me gusta su clase cuando trae rompecabezas de personajes históricos, fuera de eso es tan aburrido que me dan ganas de dormir ──

── Jeje.. Tienes razón, ojalá algún día me toqué hacer un rompecabezas. ── La pequeña risita de este hizo que los ojos de Urano brillarán ¿Le había echo reir? Juraba que quería dar un chillido de emoción en ese instante, este día estaba siendo el mejor.

── ¿Te gustan las fresas? ── Cuestionó Urano a su contrarió el cual respondió con un "Si", con su tenedor tomo la fresa y se la estendio. Neptuno sonrió y se acercó al tenedor para luego meterse la fresa a la boca. Estaba jugosa y muy deliciosa.

── ¡Gracias¡ Eh.. ¿Cómo te llamas? ──

── Urano, me llamo Urano ── Su nombre le daba un poco de vergüenza, aveces quería cambiarlo.

── ¡Muy lindo nombre Urano, yo soy Neptuno! ── Le sonrió de manera amable mientras nuevamente le daba una mordida a su manzana y movía sus pies de manera inquieta. Se veía lindo haciendo aquello.

── Gracias Neptuno. ── Aunque no lo demostrara, estaba felíz de que este le hubiera dicho que tenía un nombre lindo, muy raramente le decían aquello.

Se quedaron el silencio, Urano comiendo de manera lenta sus frutas y Neptuno mirando a todos lados con curiosidad mientras terminaba de digirir su manzana, a la hora de terminar la aventó al pasto. Pues era un nutriente para la Tierra.

── ¿Porqué estas tan solo? ── Cuestionó el niño bonito, le gustaba hacer muchas preguntas. Pues normalmente le daban mucha curiosidad cualquier cosa, y quedarse con la duda no era que le agradara tanto.

── Ehh.. Pues porque me gusta estar solo, jeje. ── Mintió, odiaba con todo su ser la soledad; pero no hacía nada al respecto para librarse de esta, quizás estaba esperando un milagro. Pero bien sabía que de esa forma no funcionaban las cosas, sabía que tenía que aprender a convivir con los demas. Pero le era tan difícil, odiaba y amaba la socialización.

── A mi no me gusta, prefiero estar rodeado de personas. La soledad es.. Triste. ──

Eran polos opuestos, Urano era un chico reservado y no sociable, siempre había vivido así; y Neptuno era un joven hiperactivo, sonriente, risueño, muy sociable, extrovertido, y no le costaba nada hablarle a los demás, se podría decir que tiene un don para caerle bien a la gente apenas y cruzen palabras.

Estuvieron platicando por un buen rato, de sus gustos, disgustos, día a día, familia, hobbies etc.. Urano amaba la voz de Neptuno, tan melódica y aunque este fuera hiperactivo y que se exaltará, su voz era tan suave.

Le recordó a la voz de Saturno, también era bonita, suave y delicada.. Tan bella como el..

No sabía porque de un momento a otro pensaba en Saturno.. De un momento a otro comparaba la voz de Neptuno con la de Saturno ¿Qué le estaba pasando? Ignoró los pensamientos de Saturno y se enfocó en lo lindo que se miraba Neptuno.

Tan bello.. Como Saturno.

Good little Boy  |  NepUranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora