The Son of the Mistress of Death - Crossover HP and KHR!

Parte sin título 3

Disclaimer: Harry Potter y Katekyo Hitman Reborn! no me pertenecen, son propiedad de sus respectivos creadores.

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Capítulo II.

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Seis años ya habían transcurrido en la vida de Dorea Hyacinth Potter-Black y su pequeño hijo, Caelum Potter, seis años llenos de dicha y mucha alegría para madre e hijo.

Dorea estaba disfrutando cada momento de ser madre, y las muchas fotos con su hijo colgadas en las paredes de su elegante mansión lo demostraban. Cada típico acontecimiento importante para un padre mientras cresen sus hijos también se hallaban plasmados en varias de las imágenes. Desde los primeros pasos del pequeño Caelum, hasta la primera vez que comió helado o su primera celebración de cumpleaños.

Esa mañana, las cosas estaban un poco movidas en la gran mansión, debido a que el pequeño Caelum comenzaría su primer día en la escuela primaria Namimori. El niño de cabellos castaños rojizos había estado entre nervioso y muy emocionado el día anterior, tanto que apenas había podido dormir después de que su hermosa madre lo arropó en la cama esa noche. Su educación siempre había sido en el hogar, sobre todo porque la teoría mágica iba incluída en sus clases, por lo cual sentía gran emoción por experimentar algo nuevo como esto.

Actualmente el Heredero Potter-Black tomaba un ligero desayuno con su madre. Los elfos domésticos le habían preparado una deliciosa ensalada de frutas con miel, cosa buena, pues los nervios no le dejarían comer algo más elaborado.

-Cariño, tranquilízate y come más despacio, te vas a atorar -Dorea estaba divertida observando a su hermoso niño tan emocionado por esta nueva etapa en su vida.

-Sí, Kaa-chan -Caelum se relajó visiblemente, y continuó comiendo su desayuno con más calma.

-¿Kaa-chan? -volvió a hablar el pequeño niño con una voz más quedita dejando sobre su plato casi vacío el trozo de manzana que se había estado comiendo segundos atrás.

-¿Sí, mi amor? -Dorea se preguntaba algo preocupada el por qué el estado de ánimo de su pequeño Caelum cambió de emocionado a decaído tan rápidamente.

-¿Crees que podré hacer amigos? -preguntó éste, jugueteando con sus dedos.

Con una suave sonrisa la hermosa azabache le respondió: -Por supuesto que sí, mi amor -Dorea no dudaba de lo que le había dicho a su hijo. Caelum era un niño dulce, amable, inteligente, educado y el aura a su alrededor atraía a la gente sin que él se esforsara-. Atracción del cielo -había dicho Giotto un día, al darse cuenta de como llamaba la atención la mera presencia de Caelum, esbozando una orgullosa sonrisa por el gran potencial que ya mostraba su tataranieto, contando también la bastante fuerte Hiper intuición que poseía el castaño rojizo-. No debes preocuparte tanto, tendrás un excelente día, eres un niño maravilloso y de buen corazón, no dudo que harás muchos amigos en poco tiempo.

Una gran sonrisa reemplazó el anterior semblante decaído del niño. -¡Gracias, Kaa-chan!

-No tienes nada que agradecer, cariño, solo digo la verdad -dijo la hermosa mujer, arrullando internamente al ver que un adorable sonrojo se posaba en las mejillas de Caelum. Era la mamá más afortunada al tener un hijo tan hermoso.

Finalmente el desayuno terminó, y la pequeña familia se dirigió rumbo a la escuela primaria Namimori, luego de que Caelum se despidió de los habitantes temporales y permanentes de la mansión, ignorando las cosas que mascullaba Giotto sobre niños odiosos y malcriados corrompiendo a su inocente y dulce tataranieto..