¿Un deseo?

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Miércoles 30 noviembre.



*Alina Jones.


Han sido semanas inundadas en desgaste físico y mental, sentía que nos íbamos a explotar. El viernes logramos encontrar una casa nueva. Cada uno exprimió sus ahorros y salario al tope para poder pagar la mitad del pago completo.

Logramos un acuerdo para pagar lo restante en cómodas mensualidades.

Nuestro nuevo hogar se encuentra escondido entre vegetación, como vecino tenemos el pantano de Mercurio.

No es tan grande, la cocina y comedor están juntos, hay una pequeña sala. Las habitaciones están 3 arriba, 3 abajo. En realidad eran 5 cuartos, pero el sótano lo transformamos en otra. Darek y yo decidimos quedarnos esa, es aprueba ruido.

Mi novio insistió demasiado en cancelar su fiesta, nos negamos. Después de tanto caos. Festejar nos animaría a todos. Exprimimos nuevamente el cochinito pero por Darek, sin dudarlo 2 veces.



En el festejo ya están casi todos, falta la banda quienes llegarán en unos minutos y nosotros.

A Hal se le ocurrió una brillante idea de comprar el pastel en lugar de dejarme hacerlo. En ese momento agradecí el respiro. Tenia demasiados pendientes, ahora, tenemos problemas. La pastelería que nos hizo a hacer el pastel tuvo unos problemas. Nos mandaron a otra sucursal a 1 hora de camino. 

Vamos 20 minutos tarde.

—Hubieras dejado que hicieras el pastel —refunfuño —. ¡Me estoy perdiendo la fiesta de mi novio! Es nuestro primer cumpleaños juntos. 

—Se que quieres asesinarme. Por esa razón no te quería traer.

—No lo creo, eres capaz de traer otro pastel o conformarte con cualquiera. 

—¿Tanto desconfías de mí?

—Cállate —gruño.

—Yo convencí a los dueños del lugar para quedarnos 2 días. Gracias a mi, tu y Darek tendrán nuestra casa sola, sola.

Mi furia baja al recordar esa parte, 2 días en soledad, claramente no saldremos de nuestra nueva habitación.

Desde que nos mudamos de casa... o incendiamos la antigua. No hemos hecho nada. Donde rentábamos apenas había 3 habitaciones. Tuvimos una completa abstinencia estas semanas. Hoy es el día de enloquecer, perdernos hasta quedarnos sin aliento. 

—Casi puedo leer tus fuertes pensamientos. Ustedes van a perturbar mi alma.

—Pon música, de otra forma voy a cortarte la cabeza.

Ríe mientras enciende su estéreo.






*Azael Verona.



Veo a Darek conversar con Vince. Está muriendo de nervios, quiere verla.

Es un gozo absoluto ver a cada uno de mis hermanos, al fin en paz. Todos fuimos un pilar indestructible.

Salir de esa casa fue una excelente decisión. Aquella vivienda nos seguía atando al pasado, nos arrastraba. Estamos limpios, después de tantos años finalmente conseguimos libertad externa e interna. Jamás olvidaremos nuestro camino, el sendero que seguimos hasta este presente.

Eternas cicatrices del otoño 2 🍂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora