Jealousy, jealousy (Cap. 4: Besos)

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Reed me despertó temprano. Después de una discusión de media hora, para ver si íbamos al Bagdad o no, terminamos aceptando ir, y por lo mismo, estoy desvelado.

— ¿A dónde vamos Reed? Ya vamos volando 15 minutos.

— Callate y vuela.

Después de un rato llegamos a una isla flotante, — Listo, llegamos.

— Todavía está oscuro.

— Si, lo sé, solo hay que esperar a que inicie.

— ¿Iniciar que?

— Solo siéntate y espera.

Me senté a la par de él, esperando a que inicie saber que. Empiezo a bostezar, no he dormido bien estos días.

Reed lo nota, — Si quiere puedes dormir mientras esperas, - extiende sus piernas, quiere que las usé como almohada, pongo mi cabeza encima de su muslo, — Te despertaré cuando empiece.

Asiento, no tardó en empezar a dormir. Después de unos minutos Reed me da palmaditas en la cara, — Ya empezó, quédate ahí.

Muevo mi cabeza, ya entiendo porque quería venir aquí. Empieza a amanecer, el más hermoso que había visto en mi vida. Me quedé embobado por 10 minutos, es literalmente el primer amanecer que veo, los colores, el viento tranquilizador, nunca pensé que unos muslos pudieran ser tan cómodos.

— ¿Te gustó?

Me muevo para estar sobre mis alas y poder ver bien a Reed, — Si, me encanto, muchas gracias.

— No es nada, esta isla es mi favorita.

— ¿Por qué?

— Porque aquí puedo ver cosas demasiado hermosas, - se me queda viendo, — Cosas que para ti son especiales, te enamoras desde la primera vez que las ves.

Se queda callado, se empieza a acercar, nuestras caras a centímetros. Cierro los ojos y siento sus labios encima de los míos, empezamos con besos de pico pero después va subiendo a besos de lengua. Su lengua indaga mi boca, y viceversa. Sus labios se sienten tan bien, se separa y yo me quedo con ganas de más.

— Me gustas tanto Frey, desde la primera vez que te vi en la tierra.

— Ehhh-

Me interrumpe, — No importa si yo no te gusto, solo lo dije porque si.

Me levanté y lo ayudé a levantarse, — Pues me has dejado sin palabras.

— No importa.

Se acerca al borde de la isla y se deja caer, entró en pánico, corro hacia el borde y me hinco, — ¡Reed!

Él regresa volando, — ¿No recuerdas que soy un ángel?

— Mierda, me asustaste.

Empieza a alejarse, — ¡Oye! Esperame.

Vuelo hacia él, cuando estoy cerca me habla, — Soy el hombre más afortunado del mundo.

— ¿Por qué?

— Haces muchas preguntas.

En la noche.

Frey, Frey, Frey, Frey.

Una voz me despierta, veo el reloj y son las 3 de la mañana, veo a Donna y ella está roncando, de dónde vienen esas voces?

Frey, Frey, Frey, Frey.

¿Vienen de afuera? Me levanto con cuidado para no despertar a Donna. Salgo y no hay nadie afuera.

Frey, Frey, Frey, Frey.

Mi vida en el cielo [Ángeles Caídos #02]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora