by Adrian Gonzalo Montejo
ÍNDICE
? TOC \h \z \t "Título;1" ?? HYPERLINK \l "_Toc67489361" ??Prólogo ? PAGEREF _Toc67489361 \h ??3??
? HYPERLINK \l "_Toc67489362" ??PRIMERA PARTE ? PAGEREF _Toc67489362 \h ??5??
? HYPERLINK \l "_Toc67489363" ??SEGUNDA PARTE ? PAGEREF _Toc67489363 \h ??42??
? HYPERLINK \l "_Toc67489364" ??TERCERA PARTE ? PAGEREF _Toc67489364 \h ??86??
(1945 Carmen Laforet
(2001 del Prólogo, Rosa Montero
(2001 BILBIOTEX, S.L.
Impresión
Printer Industria Gráfica, S.A.
ISBN:84-81-30-305-4
?Prólogo
Rosa Montero
Cuando Carmen Laforet escribió, a los 23 años, su asombrosa primera novela Nada, estaba sin duda tocada por la gracia. Aunque tal vez fuera más exacto decir por la desgracia, y no ya tocada, sino herida, partida, atravesada por un sufrimiento tan profundo y tan vasto que llegó a impregnar todo su universo. Nada, como sucede casi siempre con las obras escritas por autores muy jóvenes, es una novela autobiográfica, de manera que el mundo atroz que describe Andrea, la protagonista y narradora, debe de estar muy cerca de la realidad vivida por Laforet, de una pesadilla marcada a sangre y lágrimas.
Esto no resta ni un ápice del valor literario de Nada, sino que, por el contrario, lo multiplica. Porque sólo los escritores de verdadera talla, sólo los poseedores de un enorme talento son capaces de manejar un material totalmente biográfico sin hacer con ella costumbrismo barato, sino una obra independiente, emblemática y poderosa. Como hizo Joseph Conrad, por ejemplo, con El corazón de las tinieblas. O como hace Carmen Laforet en su bella y fascinante Nada.
Y así, esta novela se lee como un cuento perverso. Tiene algo de relato gótico, con esa muchacha que llega a Barcelona emborrachada de ansias de vida y que cae, como las doncellas de las fábulas, en medio de una familia enigmática, siniestra y perturbadora. De madrugada, recién llegada a la aterradora casa de la calle Aribau, Andrea se encierra en el cochambroso cuarto de baño y se mira en el espejo: es como Alicia, una niña atrapada al otro lado del azogue, no en el país de las maravillas, sino en el infierno. Hay un tono febril y delirante que impregna toda la obra. Es el frenesí del hambre constante, que te hace ver visiones; y es el desquiciamiento que el dolor produce cuando no puedes soportarlo. Los personajes de Nada arrastran misterios, memorias que queman como brasas. Los personajes, se dice literalmente en el libro, se han vuelto locos con la guerra.
La novela ganó el primer premio Nadal, concedido en 1944. Es una obra, pues, escrita en la más álgida posguerra; y por encima de Laforet, que nació en 1921, había pasado la apisonadora del enfrentamiento civil. La guerra y sus horrores protagonizan Nada, aunque apenas si se mencionen directamente. Pero la casa de Aribau, que un día fue un hogar normal y feliz, y que hoy ha sido reducida a la mitad (han vendido parte del piso), y está atestada de muebles astillados, de chinches escondidas en el mugriento empapelado, de miseria y violencia, es un preciso, escalofriante retrato de la España de posguerra; y esos dos hermanos varones que se aman y se odian, que se intentan matar y se lloran el uno al otro, que guardan un pasado de traiciones y denuncias, son un evidente trasunto de la locura fratricida del 36.