|•Lisa•|
Me está torturando con su silencio y más que siento como si me estuviera muriendo no puedo con esta situación mi coño está a nada de explotar si no hace algo o al menos que yo haga algo para impedir sentirme así pero en frente de el no quiero hacerlo.
Trato de alejar esos pensamientos de mi mente pero nada me funciona es mucho peor todavía es una tortura para mí tenerlo tan cerca de mi cuerpo que pueda sentir las gotas de agua caer de su cabello en mi rostro y eso me pone más nerviosa. Solo el sonido de las gotas de agua impactando contra el piso se escucha en toda la habitación y es tan incómodo su silencio que hasta nuestra respiraciones se escuchan no se cuál de las dos está peor o la mía o la suya pero creó que me estoy hiperventilando en vez de tener la respiración agitada no es normal esto no lo es.
Tomo la decisión de querer hablar pero cuándo hago el mínimo esfuerzo por mover mis labios es en vano. No solo no quiero ni puedo hablar sino que toda esa valentía que tenía se espumo cómo llego de fue tan rápido que no pude ni salir de este lugar solo quiero salir de su habitación que es como una cárcel de la cuál no puedo salir ni quiero salir pero a la vez si es como si estuviera atrapada en un lugar que yo misma m encerré en algo que yo misma busque por qué fácilmente pude correr cuándo pude me hubiera largado lo más lejos de aquí pero no pude hacerlo solo me quedé paralizada al escuchar su voz ronca junto a mi rostro no podía creerlo no quería hacerlo no podía pero a la vez era tan real.
No era nada de lo que estoy acostumbrada a escribir este tipo de escenas pero en una ocasión si lo hice y mal no quedo pero me sentía extraña escribiendo este tipo pero cuándo el me lo ordeno por qué no me pidió que lo hiciera lo ordeno por haberlo golpeado y ser tan irrespetuosa con el por comprortarme de esta manera con el pero no planeaba hacerlo pero el estaba decidido a que yo lo hiciera por las buenas o por las malas.
—En cuarto patas—me repite pero apenas estoy asimilando la situación y solo me quedo en silencio no lo voy a hacer ni en mil años.
—No lo voy a ha—me pone su mano en la boca impidiendo que le pueda responder a su orden.
—No te lo estoy pidiendo—me dice alejándose de mi cuerpo pero el solo se sienta en su escritorio mirándome fijamente—¿no querías inspiración para tu nuevo libro?—me pregunta y enseguida siento que la vergüenza sube por mi rostro mientras aún trato de cubrir mi cuerpo—¿creías que no sabía lo que escribes cerise?—me vuelve a preguntar pero ni siquiera puedo responderme a mi misma para decirle algo a el me sorprende que este respirando con algo de normalidad—abajo—me vuelve a decir.
No quería hacerlo y no podía hacerlo pero algo en mi me decía que lo intentará pero la duda de la llamada sigue en mi mente la inseguridad sigue presente por eso no me voy a poner en cuatro patas para caminar a dónde se encuentra no planeó hacerlo ni muerta no estoy loca tengo demasiada vergüenza para hacerlo y lo peor es que su habitación es enorme y está a una distancia algo alejada de mi como para que camine a dónde se encuentra no voy a hacerlo. El me observa y su mirada me lo ordena pero no voy a caer pero mi cuerpo es débil para no ceder cuándo me lo dice.
Mis delgadas piernas comienzan a temblar mientras con sumo cuidado comienzó a bajar lentamente. No quería sonrojarme para que se diera cuenta de cómo me tiene pero era inevitable no hacerlo pero el calor en mi rostro se había convertido en incendio forestal y ahora mismo estaba maldiciendo por tener la piel de esta color por qué se tenía que notar que estoy sonrojada, superando cada centímetro de mi piel, cubriendo por completo mi rostro, desde mía mejillas hasta mi nariz está sonrojada. Estaba segura de que está mis dedos estaban sonrojados. Me baje casi por completo para quedar de rodillas ante el pero no quería verlo por eso baje mi mirada a mis muslos desnudos.