Jungkook, el Dios de lo Bello, huye del los dominios del
Dios Creador, desatando su furia, en búsqueda de su libertad y
felicidad, para vivir una vida sin presiones.
Va hacia el Inframundo,
la Tierra de los Dioses Muertos, dónde conoce a Taehyung, D...
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— ¿Qué es eso del Inframundo? — preguntó Jungkook tímidamente al Dios más cercano en aquella reunión, que resultaba ser Hoseok, Dios del Día, dueño de la luz y el sol, era la contraparte y pareja de Yoongi, el Dios de la Noche y dueño de la Luna y las estrellas, quien también estaba junto a él, ambos eran los primeros Dioses que el Creador había realizado.
En aquellas ruiniones de Dioses Jungkook no podía hablar con otros, salvo que el Creador no estuviera cerca, en aquel caso sólo podía acercarse a Hoseok o a Yoongi, al ser los Dioses más antiguos eran a veces los segundos al mando, así que terminaban siendo sus guardias de seguridad para que nadie se le acercara.
Yoongi era le más serio y Hoseok parecía más amable, pero ambos eran muy agradables con él.
— No creo que al Creador le guste que sepas esas cosas — dijo Yoongi —. No le gusta hablar de eso.
— Sólo es curiosidad — se defendió Jungkook con un puchero—. El otro día ví a uno de los humanos de la Tierra morir, y cuando le pregunté al Creador qué pasaba... Dijo que su alma iría al Inframundo, pero no me quiso decir que es.
Ambos Dioses se miraron, hasta que Yoongi se encogió de hombros, dejando que el pelirrojo hablara.
— No lo escuchaste de nosotros — advirtió Hoseok —. El Inframundo es la única tierra existente dónde el Creador no tiene poder, porque es una Tierra prohibida, creada por su hermano, el Dios de la Destrucción.
Jungkook alzó sus cejas con sorpresa, sumamente curioso.
— Allí van las almas de los humanos al morir — añadió Yoongi—. Y también van las cosas y los Dioses que el Creador ya no quiere, o que son inútiles, porque no pueden contribuir a ninguno de los mundos. Es la Tierra de los Dioses Muertos.
— ¿Cómo llegan ahí? ¿Mueren? ¿Como los humanos? — Jungkook estaba confundido porque el Creador le había dicho que los Dioses no podían morir.
— No realmente, son expulsados de las Tierras del Creador— explicó Yoongi—. Van a la Tierra, y allí hay puertas hacia el Inframundo.
— Creo que ya le dijimos suficiente al niño — murmuró Hoseok al odio del otro Dios, aunque Jungkook pudo escuchar igual —. No hay que meternos en problemas.
Yoongi simplemente asintió, sin decir nada más.
— ¿Pueden decirme una cosa más? — preguntó Jungkook, porque encontraba en aquel misterioso lugar una escencia de libertad, tan lejano y prohibido que podría hacer cualquier cosa para llegar a él — ¿Cómo se puede ir al Inframundo?
Los otros Dioses se miraron, para negar levemente, Jungkook sabía que no le dirían, por lo que se entristeció un poco.
— Creo que deberías tener cuidado con lo que preguntas — dijo Hoseok —. La curiosidad mató al gato, eso dicen los humanos— añadió, antes de marcharse, con una leve reverencia.
