Hasta que la muerte nos separe

525 51 90
                                    

NOTA DE LA AUTORA

No tengo mucha idea de alemán, así que si alguien que hable el idioma detecta algún error, por favor, comunícamelo. Y ten paciencia conmigo, ¡recuerda que no es mi idioma nativo!

ATENCIÓN: esta historia es extremadamente explícita. Si eres sensible a: el lenguaje malsonante, las prácticas y/o tendencias sexuales oscuras, las armas, el sexo duro y dominación/sumisión, las alusiones a la muerte y/o el asesinato, por favor, no sigas leyendo. Se recomienda discreción.

Vaya, ¿aún estás aquí? ¿Después de todas las advertencias? Pero qué travieso... En ese caso, ¡disfruta!

¡Oye! Antes de leer, te recomendaría encarecidamente que acompañes la lectura con esta canción. ¡A mí me inspiró mucho a la hora de escribir! Ahora sí que sí, que lo disfrutes.

Hasta que la muerte nos separe

König es tu mejor amigo desde hace meses. Eres una recluta relativamente nueva en la base, y desde el primer momento en que cruzasteis palabra os llevasteis bien enseguida. Eres frágil y dulce, tan inocente que casi roza lo absurdo. No pareces una persona que haya pasado por demasiados traumas en su vida, a diferencia de él.

Durante los entrenamientos siempre le escoges a él como pareja, y a pesar de que le encanta ser el centro de tu atención, tiene que controlarse demasiado para no hacer demasiada fuerza cuando lanza tu delicado cuerpo sobre la hierba y te pone la mano en la garganta.

Solo como simulacro de combate, por supuesto.

Él es un hombre de pocas palabras; expresa más lo que quiere decir solo con asentir que hablando. Tú, sin embargo, no cierras la boca una vez que la abres. En cuanto cogiste confianza con él (cosa que no te llevó demasiado tiempo), no paraste de contarle anécdotas sobre tu vida en el instituto, situaciones embarazosas o ex parejas desastrosas.

¿Es que papi y mami no te han enseñado a ser más reservada con los extraños?

Pero no importa. Tú sientes que estás en un lugar seguro cuando se trata de König, y él ha hecho todo lo posible por no hacerte pensar lo contrario. Así que cuando, con el paso de las semanas, has ido haciendo más amigos en la base, no le ha quedado más remedio que mirar a otro lado y hacer como que no le importa.

Pero sí le importa.

Todos esos tíos se acercan demasiado a ti cuando te hablan. Ríes sus bromas y sonríes genuinamente cuando te ofrecen un paseo por la noche o ser tu pareja durante los entrenamientos. Afortunadamente para ellos, siempre rechazas sus ofertas de mierda. Parece ser que no es con ellos con quienes quieres practicar la lucha cuerpo a cuerpo, o pasear por el cuartel antes de ir a dormir. No. Tú sigues eligiéndole a él por encima del resto.

Sin embargo, un día comienzas a hablar con más regularidad con un soldado mayor que tú. A menudo coméis o cenáis juntos, te invita a café en la cafetería, aceptas pasear con él de vez en cuando... Incluso un día aparece con una flor para ti, que tú coges delicadamente y hueles hundiendo la nariz en ella. Mientras tanto, König observa en silencio, siempre a lo lejos, siempre entre las sombras. Donde pasa desapercibido y nadie repara en él. No pasa nada, Liebling. No es tu culpa.

Hasta que la muerte nos separeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora