Suspendido en el aire, no pudo decir palabra porque estaba totalmente embelesado.
Nunca había tenido contacto con un ser igual que él desde que apareció en ese lugar, por instinto su mano se aferró con firmeza, como si en ese momento nada más importara en el mundo y parecía no ser el único que compartía ese sentimiento, ya que el castaño lo miraba fijamente con una expresión en el rostro que lo hacía casi dejar de respirar.
Esas miradas intensas parecieron ser eternas, hasta que Jungkook sintió un jalón de dolor en sus brazos, jadeando al no poder apoyar sus pies en la superficie de rocas. Estaba resbalándose de sus manos y el otro joven intentó atraerlo hacia arriba como buenamente pudo antes de que por acción de la gravedad no resistiera más, así que el azabache se impulsó de tal manera que pudo sostenerse firmemente de él, buscando algún punto en la irregularidad de las rocas en la que pudiera trepar.
Al ascender, Jungkook emergió de sus pensamientos y se distanció del joven, un tanto desorientado.
―Tranquilo, solo quiero ayudarte ―le aseguró el castaño y Jungkook, sintiendo un rubor acariciar sus mejillas, tropezó debido al mareo que le provocó la subida.
―¿Quién e-eres tú? ―preguntó, ahora sentando en el suelo de roca mientras sacudía el polvo de su ropa, con una expresión en el rostro perturbada. Esa voz grave y tan suave hacía que su pecho se apretara.
―No recuerdo nada desde el momento en el que desperté en este lugar ―confesó el joven, extendiéndole la mano nuevamente en un gesto de ayuda para que pudiera ponerse de pie. Sin embargo, su oferta fue rechazada.
Jungkook se dio cuenta de que este chico también había aparecido de la nada, sin recuerdos del pasado al igual que él. Y no podía ser un presagio bueno a decir verdad, ya que posiblemente algo muy extraño debía de estar sucediendo.
―¿Y tú quién eres? ―replicó el castaño, devolviendo la pregunta con una mirada tierna, pero la respuesta del otro lo estremeció hasta lo más profundo. Jungkook, sumido en un trance, se encontraba incapaz de articular palabra. La verdad que se escondía detrás de este mundo podría llevarlo al mismo destino, o incluso a uno peor. Sin embargo, escapar no era una opción realista; aquello ya se había convertido en un hecho irrefutable.
Aunque el joven castaño intentó acercarse cuando se puso de pie, Jungkook, manteniendo una distancia calculada, decidió alejarse sin pronunciar una sola palabra. Prudentemente, se lanzó cuesta abajo, dirigiéndose hacia el prado que enlazaba el bosque con el peñón de roca, moviéndose tan rápido que ni siquiera le dio al chico la oportunidad de reaccionar por completo.
―¡Espera! ―exclamó el chico, pero las palabras quedaron suspendidas en el aire, ahogadas por la velocidad con la que el azabache se alejaba. Estaba aterrorizado y mientras se esforzaba por procesar el hecho de que no estaba solo como él pensaba, la certeza de que las cosas nunca volverían a ser iguales se apoderaba de él.
En ese instante, la mente de Jungkook fue invadida por un torbellino de pensamientos que lo atormentaron durante el resto del día. Se preguntaba si estaba perdiendo la razón o si todo era simplemente producto de su imaginación, pero por el ahora, la opción más sensata parecía ser intentar escapar, como lo había estado haciendo desde siempre, y era totalmente consciente de que el otro individuo lo buscaría en cualquier momento.
Debía prepararse mentalmente para enfrentar este caos, ya que sentía una chispa inquietante en la yema de sus dedos, y no podía evitar apretar fuertemente la mano contra su pecho. Jungkook sabía que se encontraba en graves problemas, en problemas que iban más allá de lo que podía comprender en ese momento.
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SUMMIT OF OBLIVION | TAEKOOK FF
FanfictionEn los recovecos más profundos del alma, donde se entretejen los hilos del amor de la finitud terrenal, se plantea un enigma que trasciende las fronteras de la muerte. ¿Es acaso un lazo urdido por el destino, desafiando así la fugacidad de la vida...