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Al fondo del mercado, en aquel puesto abandonado, Jeongyeon y Nayeon entraban con toda la cautela posible

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Al fondo del mercado, en aquel puesto abandonado, Jeongyeon y Nayeon entraban con toda la cautela posible.

—¿Este es el famoso puesto abandonado? —Nayeon pregunta una vez que han entrado al local.

—Si, aunque no está embrujado como muchos dicen —dice Jeongyeon cerrando la puerta. Enciende la pequeña lámpara, la única fuente de luz del local—, de hecho, Momo usualmente lo usa para fumar a escondidas de Jihyo.

Nayeon se ríe rodando los ojos. Por supuesto que Momo aprovecharía cada rincón del mercado para meterse toda sustancia ilícita posible.

Jeongyeon la observa embelesada mientras ríe. Ella realmente quiere saber lo que hizo mal para obtener un trato tan seco los últimos días.

—¿Podemos hablar? —pregunta tímidamente. Es cuidadosa de mantener distancia, en caso de haber incomodado a la mayor. Cuando recibe un asentamiento de Nayeon, se adelanta a hablar de nuevo— ¿Hice algo malo?

Hay una preocupación tan profunda reflejada en sus ojos, que la mayor se siente peor por haberla tratado tan tajante.

—No exactamente, solo me sentía muy abrumada y quería espacio —confiesa—, no lo hice correctamente porque debí hablarlo contigo antes, pero me sentí muy insegura el otro día.

—¿Insegura? ¿Por qué?

—Es que... Solo mírate, Jeongyeon —torpemente, la menor hace caso, mirándose de forma muy literal. En lugar de fastidiarse, a Nayeon no le queda de otra más que reírse.

—Perdón, es que no te entiendo bien, ¿por qué debo mirarme?

—Me refiero a que, eres muy hermosa. Altamente atractiva, de hecho —suspira mientras piensa exactamente lo que debe decir—. Y hay mucha competencia, si sabes a lo que me refiero.

—Me perdí.

Nayeon deja salir otra carcajada, recordándose que está tratando con un cachorrito confundido que sólo tiene los músculos para impresionar. Se arma de valor y da dos pasos adelante, acercándose a una distancia considerable.

—Lo que trato de decir es que —toma una bocanada de aire, armándose aún más de valor—, me gustas. Me gustas mucho —los ojitos de Jeongyeon brillan, todo su rostro se ilumina y está más que lista para responder, pero la mayor continúa—, pero no soy la única a la que le gustas.

Las facciones decaídas de Nayeon la hacen sentir que todo se remueve en su interior. Siente un dolor en su estómago, como cuando Tzuyu le invita los tacos y tiene que ir al baño cada tres minutos. Es como una indigestión, pero emocional.

—Nunca me había gustado alguien como tú —la confesión confunde a la verdulera, que ahora tiene más de mil preguntas.

—¿Alguien como yo?

—Si, alguien amable capaz de soportarme.

—Pero si tú eres genial, güerita.

—El punto es que, esto es nuevo para mí y es la primera vez que me siento tan insegura —susurra cerca de su rostro. Sin darse cuenta, habían estado acercándose a medida que hablaban.

Mercadito del amor [2yeon AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora