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Disclamer: Los personajes, casi todos los lugares y parte de la trama no me pertenecen a mí sino a la gran Rumiko Takahashi. Este pequeño fanfic de miedo fue escrito para divertirme, celebrar Halloween y entretener al resto de los fans ranmaniaticos.

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Nota de la Autora: Escribí este fanfic para el Halloween del año 2019 y lo subí a otras plataformas pero no a wattpad, no recuerdo por qué. Así que creo que ha llegado la hora de sacarlo a la luz del todo, jeje. Estaré compartiendo tres capítulos al día hasta el 31 de Octubre. Espero que os guste, a los que aún no conocíais esta historia y a los que sí, que disfrutáis esta relectura para finalizar el mes.

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Absolutamente Aterrador

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4.

Ranma se saltó las primeras horas de clase en el instituto para acercarse al Neko Hanten y descubrir qué le había pasado a Shampoo. Akane le animó a ir a visitarla, incluso le obligó a prometer que sería amable si es que la amazona se encontraba enferma o indispuesta. Pero eso sí, le advirtió que si no estaba de vuelta a tiempo para ayudarles con los preparativos del festival tendría serios problemas. Y esa última advertencia la hizo balanceando su sólido mazo entre sus manos. Faltaban solo unos pocos días para Halloween y el pasaje de terror de su clase debía estar terminado para entonces.

Ranma prometió que llegaría a tiempo.

Aquel día el Neko Hanten volvía a estar cerrado. La puerta de cristal tenía el cerrojo, habían guardado el toldo e incluso habían bajado la persiana metálica. Ranma se asomó por una de las estrechas rendijas que ofrecían una vista del interior y solo alcanzó a ver las sillas sobre las mesas y el comedor desierto.

Es bastante extraño. Aunque Shampoo estuviera enferma, Mousse o la vieja momia de Cologne podrían haber abierto el restaurante. A no ser que la indisposición de Shampoo sea algo más grave.

Ranma llamó golpeando la persiana con su mano y alzando la voz. Pronunció los nombres de todos los que allí habitaban, pero nadie acudió a su llamada. De modo que el chico rodeó el edificio y buscó una ventana abierta que diera a las habitaciones de la vivienda que se sostenía sobre el restaurante, ya que no pensaba irse de allí sin saber qué había ocurrido. Cuando la encontró, dio un salto y se coló con elegancia y sigilo a la casa. Estaba en una habitación sobria, con pocos muebles y objetos, que rezumaba un olor agrio muy particular.

¡Uhh! El olor de la momia, reconoció, llevándose una mano a la nariz. Debía ser el dormitorio de Cologne, pero por suerte ella no estaba allí.

Se acercó a la puerta que daba a un pasillo y echó un vistazo, al instante oyó pasos acelerados al otro lado. Se trataba de Mousse, ataviado con sus habituales ropajes chinos iba dando zancadas descoordinadas de un extremo a otro cargando con un montón de objetos que trastabillaban en sus brazos. Estuvo a punto de resbalarse sobre las escaleras y bajar rodando, pero mantuvo el tipo de una manera magistral (poco habitual en él) y desapareció rumbo al piso inferior.

Ranma clavó su mirada en la habitación de la que había salido el pato. No escuchó ningún sonido en ella, pero algo le dijo que debía acercarse. Procuró no hacer ruido cuando asomó un ojo por el diminuto espacio abierto que había dejado la puerta. Tal y como había sospechado, se trataba de la habitación de Shampoo.

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