Capítulo 10.

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Oigo como la puerta se abre y abro un poco los ojos, veo la sombra de un hombre y no tardo en darme cuenta de que es Caleb, que nos está mirando desde la puerta. Sigo haciéndome la dormida porque no me apetece aguantar otra de sus malas formas. Me doy cuenta de que me quedé dormida en la cama de Leti abrazada a ella cuando me pidió un cuento para dormir.

El sol que entra por la ventana me hace despertarme y veo como Leti sigue dormida profundamente. Salgo de la habitación sin hacer ruido, con un moño despeinado y con la camiseta que anoche cogí de un montón de ropa.

Veo a Caleb sentado en el sofá con una taza de café. Dirige inmediatamente su mirada hacia mi y abre los ojos.

-Buenos días.

-¿Qué estás haciendo con mi camiseta?-me pregunta enfadado.

Otra vez no por favor.

-Lo siento, no tenía con que dormir y no quería dormir con la ropa de la calle.

-No quiero verte con ella puesta otra vez, cámbiate por favor-me dice casi ordenándome.

Hago lo que dice y cojo mi ropa de la silla del salón para ir al baño a cambiarme.

Es un gilipollas.

Me cambio y me lavo la cara, me recojo un poco mejor el moño y salgo del baño.

-Te lavaré la camiseta, lo siento.

-¿No vas a desayunar?-me pregunta.

Ahora va de simpático. Genial.

-No, tomaré café cuando llegue a mi casa.

-Haz lo que quieras.

-¿Puedo irme ya?-le pregunto.

-¿Ya te vas?-oigo la voz de Leti.

-Si, pero vendré esta tarde, ahora ya está Caleb aquí.

-¡Caleb no te había visto!-dice corriendo hacia su hermano.

-Bueno, yo debo irme.

-No hace falta que vengas esta tarde, yo me quedaré con Leti hoy.

-Perfecto, cualquier cosa mi número de teléfono lo he dejado apuntado en la nevera, por si lo necesitáis-le digo.

-No será el caso-dice Caleb.

-Nos vemos mañana Leti, ha sido un placer conocerte, me lo he pasado muy bien contigo-la digo.

-Adiós Cloe, gracias-dice ella sonriendo.

Abro la puerta y salgo de la casa. Bajo las escaleras y por fin estoy en la calle. Marco el número de mi primo.

-Lo siento en el alma.

-Tendré que perdonarte solo porque te quiero-le digo.

-Dime que no se ha portado tan mal como imagino.

-No, seguro que te imaginas que se ha portado mejor de cómo ha sido en realidad.

-Tendría que haberte avisado, Caleb puede ser insoportable a veces, pero en el fondo es un buen tipo, tiene una historia y una vida complicada.

-Eso no le disculpa, no me conoce-le digo.

-Ya lo sé, pero él es así, cuando le conozcas mejor te caerá bien, le quiero mucho quizás eso me ciega-dice riéndose.

-Seguro que es eso, si no, es inexplicable-le digo riéndome yo también.

Me quedo sentada en la parada del autobús y dirijo mi mirada hacia la ventana de la casa de Caleb. Observo bien y veo cómo él está mirando por la ventana.

En cuanto se da cuenta de que le estoy mirando cierra la cortina y desaparece de mi vista.

Un golpe de suerte Donde viven las historias. Descúbrelo ahora