Hwang Hyunjin es él alfa más temido. formando parte de la mafia rusa, un alfa que nadie se atrevería a desafiar, aunque, aquella palabra no existía para Lee Felix, un omega que amaba con locura a Hyunjin, su prometido.
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ˖ ࣪ ‹ 𝗗𝗮𝘁𝗼𝘀 ⁺˖...
—¿Dónde está Hyunjinnie?— Pregunta el omega con una sonrisa en rostro emocionado por ver al padre de su cachorro, y claro, su destinado.
Mira atrás suyo levantando una ceja al no recibir alguna respuesta de los guardias que Hyunjin había asignado para que "cuidaran" de él, aunque tuviera más que claro que podía protegerse por si solo.
—¿Dónde está mi alfa?, responde.— pregunta exigiendo el paradero de su lindo alla mientras arregla su camisa con logos de conejitos y pequeñas zanahorias, un lindo regalo de una de las mucamas que atendían en su hogar.
Los guardaespaldas se miran y niegan, ignoran al omega sabiendo que puede pasar si desobedecen, tenían prohibido decir alguna palabra del paradero de su jefe si este no los informaba primero.
Era una regla.
—i¿Dónde está MI Hyunjinnie?!— Felix los mira, formando una sonrisa en sus rechonchos labios, con una idea formándose en su mente. Luego agrega. —Si no me lo dicen tan solo en unos minutos, o, segundos...— levanto el bate de béisbol que adornaba la oficina de su alfa —Este bonito palito de aquí, estará enterrado hasta lo más profundo de cada uno de sus cuerpos.
Una sonrisa traviesa y cínica aparece en los labios rechonchos del más bajo. Los guardias se miraron entre si tragando saliva al no poder decir algo, con el pulso a mil, uno de ellos abrió su boca capas de pronunciar alguna palabra cuando la puerta de oficina fue abierta. El momento perfecto.
Fueron salvados.
—Lixxie, tan solo te deje un momento.— Hyunjin aparece suspirando con una sonrisa cansada, pero animada cuando vio a su omega dejar caer el bate y correr hacia él.
Los pequeños bracitas del pelirosa rodearon al hombre más grande, tratando de esparcir sus feromonas en cada parte del alfa, los betas miran expectantes antes de sonreír, cosa que no dura mucho cuando el omega les da una señal para que se retiraran.
El omega pronto se obliga a separarse de su amado alfa.
—¿Dónde estabas Hyunjinnie?— Muestra sus colmillos, logrando que su compañero retroceda con una sonrisa en labios, escuchando la voz suave, pronto salir baja y aterradora. —¿Estabas con esos omegas bonitos ¿Cierto?— Los ojos azules se llenan lentamente de lágrimas antesala de tratar de aferrarse a su cuerpo.
Un temblor asomándose.
Hyunjin rueda los ojos sonriente, su compañero se ha vuelto un gran pequeño actor.
—Con quién más podría estar ¿Eh?, si tengo al omega más hermoso del mundo, ¿Qué digo? del universo.— los ojos del pelirrosa observaron con detenimiento a su alfa antes de tirar de la coleta de cabellos morados cuando vuelven a estar unidos en un abrazo. —iOye! ¿Por qué?— Un sonido lastimero vuelve a salir de su garganta antes de acariciar de sus propios cabellos.
—Solo me gusta tu coleta— El omega admite sonriendo jalando de nuevo la coleta.
—Pequeño omega travieso.— se burla Hyunjin atrayendo al más bajito entre sus brazos para cargarlo hasta el sillón de terciopelo rojo vino. — ¿Cómo está mi pequeño pedacito de dulce?— Felix se acomodó, dejando su cabeza sobre el hombro contrario, levantando su camisa con suavidad, tocando su vientre plano y desnudo a la vista.
—Tu hijo me hace vomitar todos los días, sin importar en que lugar este, es tu culpa.— el omega grita en un pequeño berrinche acariciando su vientre, captando y haciendo reír al alfa. —i¿TAN DIFÍCIL ERA PONERTE UN ESTÚPIDO CONDÓN?!
Los ojos de Hyunjin se abrieron con demasiada antes de ahogarse con su propia saliva. Sí, así era su Felix, su precioso omega.
—Pero iLixxie!— Hyunjin interrumpe, es silenciado cuando sus labios fueron capturados por los suaves besos de su pelirrosa.
Felix era su todo, por lo que, nunca se arrepentiría de nada.
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