10. ¿¡Pero qué mier...!? (Emma Turner)

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Dos días después desde que Amalia invitó a Kay a su cumpleaños

- ¿¡QUÉ MIERDA!?- grite tan alto que se escuchó en todo el comedor. Sentí como mi rostro se ponía más y más caliente.

Todos los que estaban ahí comiendo sus alimentos, dejaron de hablar y se enfocaron en nosotras dos.

No me culpen; hace dos minutos la persona que me jodía todos los días, ahora estaba invitándome a su estúpida fiesta de cumpleaños. En verdad que esta chica no tenía límites.

-Solo digo, que podemos dejar a lado nuestras diferencias y empezar de nuevo- dijo optimista de una manera que quería darle una buena paliza en ese momento para quietarle esa puta sonrisa de mierda que se cargaba.

<<Era la persona más hipócrita que jamás había conocido>>

De pronto me estrecho fuertemente entre sus brazos haciendo que casi no pudiera respirar.

Cuando por fin me soltó, me dedico una última estúpida sonrisa falsa y me dio la espalda marchándose, dejándome ahí en estado paralítico.


-Huevos si va a creer que voy a ir a su estúpida fiesta- dije haciendo papilla mi sándwich

-No lo se nena, pero creo que Kay va a ir- dijo Adam dándole un sorbo a su jugo de fresa

¿¡CÓMO QUE KAY ASISITIRÁ!?

En toda la semana que no paro de molestarme y fastidiarme, no se le ocurrió decirme que había considerado ir a la fiesta de Amalia; para, no tengo porque ponerme así, si al final el y yo no somos absolutamente nada, aparte, no me interesa lo que haga o no haga en su vida o... ¿o sí?

-Sabes que, cambie de opinión, asistiré, mas bien asistiremos- me corregí

Adam me miro extrañado.

-No te entiendo, hace unos segundos estabas quejándote de esa fiesta, y ahora quieres ir- dijo algo confundido por mi cambio de opinión.

No sé si se debía a que ahora sabía que Kay asistiría, pero lo que si se, es que no podía dejar que Amalia me humillara como lo había hecho desde que puse un pie en la Universidad; quería demostrarle que era mas fuerte que ella y que no era una fracasada como ella solía llamarme.

Por otor lado, no solo iba por ese objetivo, sino que, desde ese episodio que tuve en los baños, no podía dejar de pensar en mi padre y los pocos recuerdos sobre mi pasado, y la única manera para olvidarme de todo aquello era el alcohol; en esa fiesta sin duda abría botellas por doquier, así que era mi oportunidad.

No es que fuera una principiante en ese mundo; al contrario, ya había consumido una que otra vez esta bebida, y lo único que se es que te hace olvidar de todos tus problemas.

No solo me había dado una invitación, sino que dos, una para mi y otra para Maggie; cuando le comenté, no estaba muy conforme que digamos, pero me debía varias cuando la cubría para irse a escondidas con su nuevo chico; por lo que no le quedo otra opción más que acceder.

La fiesta era de antifaces versión elegante (ya sabes, mujeres de vestido y hombres con camisa); por eso, Maggie y yo salimos a comprar nuestra ropa, no íbamos a dejar que nada ni nadie nos arruinará esa noche.

<<Espero>>

No iba a dejar que pasara lo mismo que la noche anterior.


Por siempre... amantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora