XV - II

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Parte II

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Han pasado dos horas desde mi conversación con Gerien. No sé por qué... la verdad es que no tengo ni idea del por qué... pero no mentí ni omití la verdad en ningún momento. Solo dije lo que es cierto... ¿pero por qué?

¿Cuál es la verdadera razón por la que me abrí así? ¿Por qué dije lo que no pensaba admitir en voz alta? ¿Cómo se supone que... pasó?

Siento que mi yo del pasado me está saludando, que quiere regresar a joderme, pero no pienso permitir tal estupidez.

¿Qué ganaré con sentir, con revivir algo que solo me hará más daño, con perder mi tiempo, con repetir?

No gracias, necesito que la resicladora vuelva a funcionar bien, que la abería de restaure y que todo continúe como estaba antes de que apareciera él.

¿Es qué que tiene él de especial? Ni que fuera un dios, o una persona que solo venga a darme dos cachetadas y hacerme despertar de estas mentiras que yo sola me cree para protegerme.

No puedo permitir que eso suceda. Dejar que caigan mis máscaras, mis muros sería un boleto directo al infierno. Prácticamente le estaría dando la invitación a la Muerte para que venga a buscarme. No pienso joderme de esa manera. Para nada he luchado por mantenerme de pie durante estos últimos años. Ni soy estúpida, ni ahora me echaré hacia atrás como una cobarde.

Uno, no lo soy y odio esa actitud. Dos, la muerte de todos aquellos que me importaron, especialmente de mi padre, no se quedarán en el olvido, porque esas cosas... no, no son fáciles de ignorar. Tanto así que, no creo que por mucho que disfrute jugar con Marvel y Caroline en un futuro, no me sentiré satisfecha, no tendré paz porque esa palabra en mi diccionario no existe. Mi vida será un papel en blanco, algo vacío, nulo, seré un ¡palo!

Lo sé.

En cambio no pienso retroceder por mucho que sepa tales cosas. Esto no lo hago por buscar felicidad, no quiero vengarme en busca de paz, no... solo no puedo permitir que Carel Austen haya sufrido como lo hizo. Él no murió ante mis ojos en vano, él no sufrió todos esos días como perro para que todo quede como si nada, no sufrí, no dolió, no quise morir a los nueve años por gusto. No intenté suicidarme por capricho aquella vez, al ver a, Trevor, lanzarse de una azotea. Jeremiah no fue degoyado solo para entretener a un psicópata, ni para hacer sufrir a su novia. Aida no fue despedaza, ni Derek fue torturado de esa manera para ser ignorado, y yo tampoco fui abusada, maltratada, utilizada, manipulada, sometida por tres años en vano.

No, no y no. Estoy harta. Harta de que me traten como una perra... ni que lo fuera. No soy el juguete de nadie, y si lo soy es porque me da la gana no porque esté siendo manipulada.

Llevo rato escuchando a Patrick contar para pasar el tiempo porque ya se aburrió de mirar su móvil. Por otra parte, Gerien cada vez que hacemos contacto visual levanta las cejas dos veces seguidas para molestarme. Sé por qué lo hace, pero es tonto que continúe pensando en lo que le dije, ya sea anoche o hoy.

Los dos chicos se encuentran sentados en la cama, el moreno dándonos la espalda y su amigo comiéndose un paquete de los Fleming hot que su padre le hizo el favor de empaquetar. No quiero recordar el agradecimiento dramático que hizo cuando se dio cuenta de los paquetes de cheetos en la mochila.

Christine #1: Somos Sociópatas © [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora