XXII

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Martes:7/9/2021

Dormida siento a alguien entrar en mi habitación con sigilo. Finjo continuar dormitando y cuando percibo que está detrás de mi separo mis labios para decir:

-¿Qué quieres, golpeado?

-No fuiste, me ignoraste.

-¿Pensaste que iría?

-Pues sí, pero no lo hiciste así que ahora estoy aquí.

-¿Para? -cuestiono sin aún abrir los ojos.

-¿Puedo quedarme a dormir contigo? -me pregunta y frunzo el ceño sin esperarme esa pregunta-. ¿Puedo? -insiste y me siento para verlo a los ojos. La oscuridad no me permite contemplarlo con claridad, pero sé que no está bromeando.

-No -niego rotundamente.

-Prometo no hacer nada que no quieras.

-¿Por qué quieres dormir conmigo? -ladeo la cabeza espectante.

-Te vas a reír de mi y no quiero eso -declara por lo cual ya me imagino la respuesta.

-¿Tienes cinco años?

-Quién sabe.

-Como sea no quiero dormir contigo -digo segura de mi respuesta.

-Vale, no puedo dormir y casualmente hoy mi padre volvió, así que no puedo ir con mi madre -escupe la razón.

-¿Y Sandra?

-Odio decirlo, pero cuando fui escuché risas y no quiero encontrarme nada extraño dentro.

-¿Qué quieres decir?

-Qué me fui antes de arrancarle la cabeza a Patrick porque creo que está con ella -responde y me río sin esperarlo, estoy sorprendida.

¿Quién iba a pensar que Sandrita iba a ser tan atrevida?

-Pues, la única opción eres tú, no es porque seas la última, sino es porque eres prácticamente imposible -aclara y me bajo de la cama para acercarme a la mesita de noche para encender la luz.

-Tienes toda la razón -concuerdo-. ¿Ahora podrías irte?

-No.

-Hagamos un trato -propongo-. Si me cuentas la razón por la que no puedes dormir, acepto lo que me pides.

-¿Sabes que no lo necesito porque me debes algo? -trata de chantajearme.

-Supongo que ya no te debo nada -aviso-, porque ya hice cosas que no están en mis principios. Un ejemplo de ello es aquel día que te dejé dormir conmigo en el sofá, al igual las veces que te ayudé con Marvel cuando hasta quiso sacarte los ojos ¿Recuerdas? -le pregunto levantando las cejas-. Hasta logré que Homer no te matara -aclaro logrando que apriete los labios.

-Me da igual, me debes otra noche. -Hace caso omiso a lo que le digo.

Froto mi rostro con mis manos y por no discutir salgo del cuarto, para dirigirme al primer piso. Allí me meto a la cocina, bebo un vaso de agua y entro al pasillo contrario de las escaleras. Entro a la segunda puerta y me siento en la cama de Gerien. Estoy incómoda, no me gusta esto y tengo ganas de irme, pero si lo hago hoy, no tendré que volverlo a hacer porque ya abré cumplido mi deuda.

El golpeado entra a su habitación y lo observo recostarse, pero antes le quito la almohada de un tirón cuando ya se iba a apoyar. Le sonrío cínica y me meto a la cama abrazando el acolchonado objeto, dándole la espalda. Ni siquiera me tapo con la sábana ya que no quiero compartirla con él. Misma sábana, chico y chica, no... no, gracias. Así estoy bien, "yo amo el frío" y en especial esta noche es fría, como yo.

Christine #1: Somos Sociópatas © [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora