BORN TO DIE (billy x stu)

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La ciudad de Woodsboro estaba siendo esclava de una serie de asesinatos de los cuales no lograban encontrar culpable, el(los) asesino(s) que podría(n) haber estado haciendo tales barbaridades era con demasiada cautela, cuidado, pero también dejaba a la luz lo sangrientos que habían sido los asesinatos para crear una especie de marca especial para  que se sepa que había sido el mismo actor que de crímenes pasados.
Los estudiantes estaban inquietos, el toque de queda no era suficiente para calmar su población, pero eso no parecia afectarles a cierto grupo de amigos donde la fiesta estaba comenzando.

Stu, alguien alto de pelo corto y ojos azules, personalidad algo extrovertida, explosiva, pero en el sentido de diversión, el mejor amigo que podrías tener, según él, prestaba en ese momento su casa para que gran parte de los de su clase asistiera y se divirtieran, distrayéndolos de lo que sea que estuviese pasando en la ciudad, pero no le importaba mucho quiénes estaban, si no, le interesaba una sola figura masculina que veía de espaldas a él, frente a una chica la cual no era Sidney, una de sus amigas de infancia, haciendo que su mandíbula se apretara por el disgusto agitando su cerveza y viéndose poco animado a como siempre lo era.

– Billy...cuál es tu plan ahora.— susurró para sí mismo tomando un trago de la botella que tenía.

No le gustaba cuando Billy hacia cosas por su cuenta, o se metía con chicas que no sentía fuese apropiada para él, por eso mismo Stu se encargaba de deshacerse de cada una luego de ser usada, odiaba que las tocara, odiaba que sus ojos de loco imbécil no lo estuvieran mirando a él, pero de cierta forma le divertía, ya que hacía todo más cómico agregándole ese detalle de despecho a sus crimenes secretos contra las amantes de Billy.

Sabía que si se enteraba le haría preguntas innecesarias, y no tenía aun ganas de expresar todo lo que quería, por el momento estaba bien con ser su cómplice y su cuartada, aquel con el que siempre podría contar.

Pronto vió como se llevó a aquella chica hacia el segundo piso, menos mal que Sidney estaba entretenida con Randy, a pesar de que ese idiota gustase de ella, le servía para distraerla mientras él se dirigía hacia donde Billy estaba. Tenía que estar seguro sobre lo que pasaría.

Tenía que estar seguro antes de divertirse como solía hacerlo.

La puerta de la habitación había quedado junta, podía mirarlos, su cara decayó completamente, se estaban besando y esa chica había firmado el papel para cazarla. No podía seguir viendo lo que sus ojos presenciaban, por lo tanto interrumpió en la escena soltando una pequeña risa.

Se tropezó apropósito con la puerta cayéndose y enseguida ambos se separaron de golpe, Stu se rió una vez más mirando a Billy fijamente, fingiendo que estaba de buen humor.

– Stu que haces idiota, ten más cuidado.– mencionó el que estaba sentado en la cama, negando con la cabeza.

La chica estaba quieta, mirando la escena.

— Billy amigo.. necesito hablar contigo algo.– sonrió hacia su compañero tomándolo del brazo.

Pero enseguida la chica lo tomó también rogándole que se quedara.

Billy no decía nada pues Stu se encargó de callarla.

– Lo siento chica, es mío, ahora nos vemos.– le guiñó el ojo alejándolo de la habitación.

Billy se preguntaba por qué lo había sacado tan repentinamente de aquel lugar, pero Stu no respondía, mantenía su sonrisa algo nerviosa hasta llevar al chico al patio trasero dejándolo frente a él.